La situación en Francia se ha complicado en los últimos días tras la muerte de un adolescente después de recibir un disparo de un policía, lo que ha provocado una serie de protestas.
Ante esto, el gobierno francés anunció que desplegará 40 mil policías y gendarmes para impedir los disturbios luego de que lo acusan fue el asesinato del joven de 17 años en la ciudad de Nanterre.
"Vamos a hacer todo lo posible para que vuelva el orden a todas partes", subrayó en una conferencia de prensa, el ministro de Interior, Gérald Darmanin.
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El funcionario explicó que el despliegue de las fuerzas del orden hoy será cuatro veces más importante que el de la pasada noche.
Además, insistió en que "los disturbios no tienen nada que ver con lo ocurrido en Nanterre".
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En esta línea, agregó que los ataques contra los agentes la pasada noche, en los que 170 han resultado heridos, aunque ninguno de gravedad, o contra edificios públicos son "absolutamente inaceptables".
Informó que al menos 150 personas fueron arrestadas en la segunda jornada de altercados, que se tradujeron también en ataques a 90 edificios públicos, muchos de ellos incendiados, como decenas de coches.
¿Por qué se dan las protestas en Francia?
Las manifestaciones comenzaron a lo largo del país hace dos noches luego de que se diera a conocer que un joven de 17 años identificado como Nahel, recibió un disparo por parte de un policía luego de detenerse en un control de tráfico.
El adolescente iba a bordo de un Mercedes AMG, conduciendo sin permiso. Ante esto, los agentes dijeron que había intentado atropellarlos; sin embargo, los medios de comunicación compartieron imágenes que desmentían esta versión.
En esos videos se observa cómo el joven se detiene en cuanto los policías se lo solicitan, pero todo se complica cuando decide escapar, momento en que uno de los agentes le dispara, lo que provocó su muerte.
Para Darmanin, detrás de eso no hay un simple movimiento espontáneo de protesta por la muerte del menor Nahel en Nanterre, sino una clara voluntad de combatir los símbolos y los valores de la República francesa.
El ministro de Interior dijo esperar que todos los responsables políticos hagan llamamientos a la calma.
Advirtió que "no puede haber condicionantes", en un mensaje claramente dirigido a alguno de los líderes de la oposición de izquierdas, y muy particularmente a Jean-Luc Mélenchon, de la Francia Insumisa (LFI).
Para Francia viene una primera prueba de fuego sobre la continuación y la propagación de los disturbios esta misma tarde, con la concentración que ha convocado la familia de Nahel delante de la prefectura de Nanterre. La madre había pedido "una revuelta" por su hijo. / Con información de EFE