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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Valeria Moy, directora del IMCO, habló sobre el anuncio de Donald Trump de mantener los aranceles del 25% a México y extender 90 días más el plazo para alcanzar un nuevo acuerdo comercial.
La reciente pausa de 90 días acordada entre México y Estados Unidos para renegociar posibles medidas arancelarias ha sido considerada un avance positivo dentro de un panorama marcado por tensiones e incertidumbre.
Según Moy, esta tregua no implica una resolución definitiva, pero sí representa una oportunidad para que ambos países revisen a fondo los términos del acuerdo comercial sin prisas, lo que podría conducir a decisiones más favorables. La extensión del periodo de negociaciones también otorga a México tiempo adicional para mantener el flujo de exportaciones y evitar una recesión económica en el corto plazo.
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"Esta pausa de 90 días permite que las aguas se calmen, que la arena de este mar revuelto empiece a asentarse y que quizás se logre un mejor acuerdo que uno hecho con prisas. En ese sentido, me parece un punto para la presidenta Claudia Sheinbaum. No significa que todo esté bien o que ya se ganó la batalla comercial. No, pero sí me parece que es un respiro. Y un respiro de 90 días no es poca cosa", afirmó la presidenta del IMCO.
"Estos tres meses, por un lado, pueden llevar a mejores arreglos con conversaciones más pausadas y, por otro lado, le da a México más tiempo para seguir exportando mientras se decide y, en ese sentido, le permite a México salir de un escenario de posible recesión", agregó..
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No obstante, la especialista advirtió que subsisten desafíos estructurales en el comercio bilateral. Uno de ellos es el conjunto de barreras no arancelarias que Estados Unidos ha identificado como obstáculos para el intercambio comercial con México.
Estas incluyen retrasos excesivos en la aprobación de productos farmacéuticos por parte de COFEPRIS y la falta de estandarización en los requisitos aduanales entre distintos puertos mexicanos, lo cual genera incertidumbre y lentitud en las operaciones.
"Hace relativamente poco, el Departamento de Comercio, el representante comercial de Estados Unidos (USTR), publicó un documento que habla de las barreras no arancelarias con cada país. Y con México, menciona diferentes barreras que creo que deberíamos atender. Por ejemplo, hay una barrera en todo lo relacionado con productos farmacéuticos. El USTR se refiere a todos los trámites con COFEPRIS, que se hacen eternos", indicó la especialista.
Preocupación por posibles acuerdos bilaterales
Otro tema que genera inquietud es la posible fragmentación del T-MEC. La administración de Donald Trump ha planteado la opción de avanzar hacia acuerdos bilaterales independientes entre Estados Unidos y cada uno de sus socios comerciales, lo que podría debilitar la integración comercial regional.
Moy subrayó que la relación económica entre México y EE.UU. va más allá de un simple intercambio de bienes; se trata de una profunda interdependencia en cadenas de suministro que se vería afectada por medidas unilaterales.
"Si tratamos de leer entre líneas en el post que puso ayer el presidente de Estados Unidos, dice que la relación con México es distinta, tiene una complejidad diferente y, en ese sentido, hay que atenderla. Y yo creo que está absolutamente en lo correcto... Con México no hay solo comercio, hay integración comercial, que es algo muy distinto a solo comprar y vender bienes y servicios", expresó Valeria Moy.
Un cambio en las reglas del comercio
Finalmente, Moy señaló que la postura de Trump refleja un intento más amplio de redefinir las reglas del comercio internacional, especialmente en respuesta al dominio de China.
Aunque este proceso genera incertidumbre, también abre la puerta para reducir la dependencia global de los productos asiáticos y fortalecer nuevas redes de producción.