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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Ezra Shabot, periodista, habló sobre la responsabilidad de los funcionarios frente a los actos de sus subordinados; el caso de Adán Augusto y Hernán Bermúdez Requena.
El analista afirmó que los funcionarios de medio y bajo nivel funcionan como “amortiguadores” frente a los embates y escándalos, pero cuando se trata de seguridad nacional, la responsabilidad alcanza a los niveles más altos del gobierno.
Para Shabot, el expresidente, Andrés Manuel López Obrador, representó durante años una figura que absorbía directamente los ataques y que actuaba como un caudillo infalible. Sin embargo, esta estrategia no puede sostenerse de forma indefinida.
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En el caso del exfuncionario Bermúdez, su permanencia en el poder a lo largo de distintas administraciones, incluyendo la de Adán Augusto y Carlos Merino, muestra una continuidad que evidencia tolerancia, o incluso protección, pese a las señales de nexos con el crimen organizado.
"Cuando se trata de puestos de seguridad y alta seguridad, es muy difícil asumir que el secretario de Seguridad es el que tiene la información y el presidente no. En su momento, o el gobernador en este caso. Y ahí es donde hay que asumir claramente que si el propio Bermúdez se mantuvo en el mando con Adán Augusto, después con Merino y siguió adelante hasta que fue sacado, y sabían que tenía todos esos nexos, es porque el poder político del crimen organizado llegó hasta los niveles más altos", explicó el periodista.
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Shabot destacó que si un gobernante no tenía conocimiento de los vínculos de un funcionario con el crimen, entonces es responsable por omisión. Pero si sí lo sabía y no actuó, la responsabilidad es directa y mucho más grave. En este contexto, el poder político del crimen organizado habría escalado hasta los niveles más altos del gobierno, sin consecuencias visibles hasta el momento.
"Como decía Espino, si no sabías es porque, simple y sencillamente, no tienes la capacidad para gobernar. El primer elemento para poder justificar un gobierno es tu capacidad para tener la información suficiente y en función de actuar antes de que te caiga la bomba directamente. Entonces, si no sabías, eres responsable por omisión, por incapacidad; y si sabías, entonces eres colaborador", señaló.
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Además, el analista opinó que la estructura de poder de la 4T, con el control total de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, le permite neutralizar cualquier intento de rendición de cuentas. Señaló que el sistema tiene mecanismos para desviar la atención mediática, lo que podría dejar este caso sin consecuencias reales.
"Hoy tratarán de defenderlo y, en función del enorme poder que tienen, puede que no pase nada. Los "amortiguadores" que tiene la 4T le permiten mañana desviar la atención; tienen todo el control del poder ejecutivo, legislativo y judicial, y en función de eso, puede que no suceda absolutamente nada", afirmó Ezra Shabot.
Sobre la oposición, Shabot fue crítico: considera que actualmente tiene un papel meramente testimonial. Al no tener fuerza para impulsar reformas ni contrapesos reales, sus reacciones quedan reducidas a posturas sin impacto. En ese escenario, la pugna entre actores de la misma 4T adquiere mayor relevancia, pues los conflictos internos podrían definir el rumbo de las decisiones políticas.
