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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Paline López, activista LGBTIQ+, comediante y artista drag, tocó el tema de la semana LGBTIQ+: el activismo de Paline López.
En el marco de la Semana LGBTIQ+, López no solo rompe estereotipos desde el escenario, también desde su historia personal, que ha decidido compartir públicamente para visibilizar los múltiples caminos que existen dentro de la diversidad sexual y de género.
“Yo he tenido varias salidas del clóset”, explica con franqueza. “Primero me identifiqué como lesbiana, una bandera que abracé por mucho tiempo, pero hace cuatro años me reconocí como una persona trans no binaria. Ha sido un viaje bonito, aunque incómodo, porque nos enseñan que solo existen hombre o mujer, y yo nunca encajé ahí”.
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¿Cómo fue el primer contacto con ser drag?
“La primera vez fue en mi cuarto, nadie me vio. Pero me miré al espejo y me di cuenta de que no me identificaba como mujer. Era un performance que me ayudó a entenderme”. A partir de ahí, Paline comenzó un proceso de reflexión profunda sobre su identidad de género. “Hoy sé que siempre fui alguien fuera de los cánones, desde que en la escuela me obligaban a formarme con las niñas y yo pensaba: ¿dónde está la fila de en medio?”.
Ser una persona trans sigue siendo, para Paline, una de las salidas del clóset más difíciles. “Hay mucho prejuicio. Me decían: ‘todo bien con que seas lesbiana, pero ¿trans?’. La familia es la parte más compleja. Tienen expectativas, caminos marcados. Y yo me fui por otro lado”. No obstante, reconoce que su familia ha ido aprendiendo, transformándose con ella.
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¿Cómo fue su acercamiento con los escenarios?
El arte ha sido clave en su camino. “Desde siempre estuve en los escenarios buscando interpretarme a mí misma. El arte ha sido una herramienta para encontrarme y vivirme libremente”. Y recientemente, Paline compartió un momento crucial en su transición: una mastectomía. “Fue algo que supe desde hace mucho, pero que creí inalcanzable. Me sentía incómodo con esa parte de mi cuerpo. Hoy, tres meses después, me siento más plena y feliz que nunca”.
Paline López es prueba viva de que el activismo no solo se hace en las marchas, sino también en el micrófono, en el escenario, en las redes y en el espejo.
