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En medio de una creciente presión política y social, la administración de Donald Trump en Estados Unidos ha intensificado su retórica y acciones contra la comunidad migrante, especialmente la de origen mexicano. Las redadas masivas, los operativos con engaños y las detenciones arbitrarias han provocado una oleada de indignación en distintas ciudades del país, lo que ha derivado en cientos de protestas simultáneas.
León Krauze, periodista y colaborador de MVS Noticias, analizó este panorama en entrevista con Manuel López San Martín, donde calificó esta ofensiva como una auténtica “campaña de terror” contra los inmigrantes, motivada por una visión autoritaria y radical.
“La campaña de terror —y creo que así debe ser concebida— contra la comunidad inmigrante, cuya enorme mayoría es mexicana o mexicana de origen, continúa”, advirtió Krauze.
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Redadas, discursos de odio y una sociedad fracturada
A diez años del ascenso político de Donald Trump —aquel momento simbólico en que bajó por la escalera eléctrica en la Torre Trump para lanzar sus primeros ataques contra los migrantes—, el periodista considera que las políticas actuales son la culminación de un discurso de odio que ha madurado en medidas extremas.
“Tardó 100 segundos en comenzar a agredir a los mexicanos y a los inmigrantes. Diez años tenemos con este tono, primero de palabras y ahora con acciones que llegan a su punto de ebullición”, recordó.
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A una década del ascenso de Trump, se intensifican las medidas antiinmigrantes
Mientras Trump insiste en ampliar las redadas, lo que ha sido señalado incluso como una violación a las garantías mínimas consagradas en la Constitución de Estados Unidos, la sociedad civil ha comenzado a movilizarse de forma masiva y, en su mayoría, pacífica.
“Las protestas del sábado fueron impresionantes. Se realizaron de costa a costa, en ciudades que votaron por Trump y en otras que votaron por Harris. La mayoría fueron completamente pacíficas y expresan un rechazo claro a las pretensiones autoritarias del expresidente”.
Para Krauze, este nuevo movimiento social, aunque aún sin liderazgos definidos, muestra un fuerte espíritu de organización, especialmente entre los jóvenes estadounidenses, muchos de ellos hijos de inmigrantes. Según su testimonio, este fenómeno tiene el potencial de transformarse en un movimiento político significativo rumbo a las elecciones intermedias.
“Creo que la organización va más allá de figuras específicas. Hay una indignación creciente, un tono común. La pregunta ahora es qué liderazgos van a surgir y cómo lo va a aprovechar el Partido Demócrata”.
Finalmente, el periodista advierte que este periodo traerá consigo más dolor y divisiones dentro de la sociedad estadounidense, pero también deja abierta la posibilidad de un cambio si la presión social logra traducirse en resultados electorales.
