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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Alberto Rueda, titular de MVS Noticias en Puebla, mencionó el caso donde retiran prisión domiciliaria a Mario Marín y regresa al Penal del Altiplano.
El reciente retorno del exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres, al penal de máxima seguridad del Altiplano, ha reavivado el debate sobre la justicia y la percepción pública en México. Marín, conocido como "el góber precioso", enfrenta acusaciones por la tortura de la periodista Lydia Cacho en 2005.
Tras haber obtenido prisión domiciliaria en agosto de 2024, un tribunal de apelación revocó esta medida, señalando riesgos de fuga y la gravedad de los delitos imputados .
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¿Cuál es la postura de Alberto Rueda?
Alberto Rueda ofrece una perspectiva profunda sobre este caso. Destaca cómo, desde la difusión de los audios en 2005 que implicaban a Marín en la violación de derechos humanos, la situación ha evolucionado, pero ciertos patrones persisten en la política mexicana.
"Es un caso de estudio, es un caso que verdaderamente debe movernos a la reflexión del día a día que ha cambiado del 2005 cuando cacharon a Mario Marín en esa conversación cuando se difunden estos audios y qué ha cambiado con lo que ocurre ahora."
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¿Cómo es considerado Mario Marín en otros estados?
A pesar del escándalo nacional que rodeó a Marín, Rueda señala que en muchas comunidades de Puebla, la percepción del exgobernador es sorprendentemente positiva. Esto se debe, en parte, a las obras públicas y proyectos que implementó durante su mandato. "Si tú vas al interior del estado, a Mario Marín le tienen incluso hasta aprecio... le dicen el licenciado Marín.", comentó.
Esta dualidad en la percepción pública subraya una problemática más amplia en la política mexicana: la normalización y justificación de actos que atentan contra la libertad de expresión y los derechos humanos. Rueda plantea una inquietante pregunta "¿Cuántos Mario Marín no hay actualmente en la política?".
La reciente decisión judicial de revocar la prisión domiciliaria de Marín y regresarlo al Altiplano es vista por muchos como un paso hacia la justicia. Sin embargo, también pone de manifiesto las complejidades de un sistema donde la influencia política y la percepción pública pueden oscurecer la rendición de cuentas. La sociedad mexicana enfrenta el desafío de discernir entre las acciones benéficas de sus líderes y las violaciones éticas o legales que puedan cometer.
Mencionó que este caso sirve como recordatorio de la importancia de una ciudadanía informada y crítica, capaz de exigir transparencia y justicia, independientemente de las obras o beneficios tangibles que un líder pueda haber aportado. La reflexión de Rueda invita a cuestionar cuántos otros líderes podrían estar operando bajo la sombra de la impunidad, y qué se necesita para garantizar que la justicia prevalezca en todos los niveles de gobierno.