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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Sophia Huett, policía, especialista en seguridad, maestra en Gestión Pública y doctoranda en Derechos Humanos, habló de Doña Carlota, la ley y los límites de la policía.
En redes sociales, la historia de Doña Carlota, una mujer mayor cuya casa fue invadida por terceros, desató indignación y una pregunta recurrente: ¿por qué la policía no hizo nada? La respuesta, aunque frustrante, está en los límites legales que rigen la actuación policial.
¿Por qué la policía no pudo intervenir?
Huett explicó que la policía no puede actuar en conflictos de carácter civil, como una invasión sin violencia, a menos que haya flagrancia.
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“Difícilmente un policía podría saber quién tiene la razón con una mera noticia criminal”, dijo Huett. “Imaginen que Doña Carlota acude a denunciar que invadieron su casa. ¿Cómo sabe el policía que realmente es de ella? ¿Y si la prestó o la rentó? ¿Y si se trata de una disputa familiar por la propiedad?”.
La especialista dejó claro que los policías no son jueces ni fiscales, y actuar sin orden judicial podría significar para ellos un proceso penal por abuso de autoridad. “Si entran sin orden de cateo, aunque sepan que adentro está un celular robado, por ejemplo, pueden ser denunciados”, afirmó.
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¿Cuál es el riesgo?
Lo preocupante, según Huett, es que estos vacíos legales son aprovechados por grupos bien organizados que conocen los límites de la ley. “Son esquemas sistematizados. Saben que si no hay violencia, el caso se va al ámbito civil, donde los procesos pueden tardar años”, explicó.
“Si me ocupan un inmueble y voy con la policía, ¿lo va a solucionar? No. Porque de inicio no tiene las herramientas legales”, añadió.
¿Qué es lo recomendable?
Huett recomienda que las personas que vivan una situación similar sí marquen al 911, aunque parezca inútil. El objetivo es crear un antecedente para integrar una carpeta de investigación. La patrulla que acuda puede documentar el hecho y sumar evidencia al caso.
También señaló que este tipo de hechos podrían encuadrarse en delitos más graves, como delincuencia organizada, si se comprueba que hay varias personas involucradas con el fin de cometer un ilícito.
“Imaginemos qué caso tan ejemplar sería si se lograra demostrar que no fue un hecho aislado, sino un grupo que actúa con alevosía”, finalizó.
Así, ciudadanos y policías parecen estar ambos atados de manos frente a este tipo de delitos. La solución, coinciden expertos, pasa por reformar los procesos legales para que las víctimas como Doña Carlota no queden indefensas ante vacíos jurídicos.
