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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, Heidi Storsberg, especialista en temas de agua, habló de la reforma a la Ley de Aguas Nacionales y la Nueva General de Aguas.
La reforma a la Ley de Aguas Nacionales se encuentra en el centro del debate en el país. Después de más de 30 años sin cambios significativos en su legislación, la nueva propuesta ha generado tanto esperanza como preocupación entre los usuarios de agua en México.
Heidi expresó que esta reforma es esencial. "Desde 1992 no había reformas importantes a la Ley de Aguas Nacionales, y es crucial avanzar en este tema", afirmó.
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La propuesta busca reorganizar la concesión y los permisos de acceso al agua, lo que ha suscitado un diálogo activo entre usuarios y autoridades.
Un cambio necesario desde hace años
La necesidad de una reforma ha sido discutida durante más de una década. La situación actual ha provocado inquietud sobre quién controla realmente el acceso al agua, particularmente en las regiones más afectadas por la escasez. "Espero que se escuche a todos los usuarios de aguas nacionales, ya que todos dependemos de este recurso", compartió Heidi.
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Sin embargo, ha surgido controversia en torno a dos puntos clave de la iniciativa: la captación de agua de lluvia y la regulación de concesiones. "El tema de cultura del agua es afortunado, pero limitar la captación de agua de lluvia para uso personal contradice las tendencias internacionales que promueven el uso eficiente del agua", advirtió la representante.
¿Un riesgo para la industria y el campo?
La propuesta actual establece que la captación de agua de lluvia solo se permitirá en usos domésticos. "Si se restringe la captación, se desaprovecha un recurso vital que podría beneficiar a la industria agrícola y manufacturera", comentó Heidi.
Ella enfatiza que es crítico que las empresas tengan acceso a este recurso para liberar agua potable para usos más esenciales. La incertidumbre sobre el futuro de las concesiones también está en el aire. "Los derechos adquiridos son una preocupación grande. Si se cambia la ley, muchas industrias pueden quedar en riesgo", advirtió Heidi.
Con el 77% del agua en México destinada a la agricultura, optimizar el uso y la gestión de agua es más necesario que nunca. La instancia legislativa se enfrenta a un desafío crucial: equilibrar la protección del agua como derecho humano y garantizar la certidumbre para los usuarios actuales, mientras se fomente la sostenibilidad.
