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En medio del aumento de desapariciones en la Ciudad de México, el caso de Luis Óscar Ayala, un joven que desapareció el pasado 16 de septiembre tras dirigirse al Parque Nacional Ajusco, volvió a evidenciar las carencias de seguridad y la falta de resultados en las investigaciones.
Su madre, Lucía García, compartió en entrevista para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, el calvario que enfrenta desde aquel día y las omisiones que, asegura, mantienen impune la crisis de desapariciones en la capital.
“Cuántas desapariciones más tienen que haber para que esto cambie”
Con voz firme, Lucía García denunció la falta de acción del gobierno capitalino, al asegurar que las condiciones de inseguridad en el Ajusco permanecen intactas pese a los constantes reportes ciudadanos y búsquedas encabezadas por familiares.
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“Las autoridades minimizan el tema. Desde que mi hijo desapareció te das cuenta que hay muchísimas personas en la misma situación, y aún así las autoridades no han cambiado ninguno de los aspectos: ni hay cámaras, ni hay luz, ni hay señal. No hay nada. Entonces quiere decir que el gobierno sigue sin hacer nada. ¿Cuántas desapariciones más tienen que haber para que esto cambie?”, reclamó.
La madre buscadora también criticó la falta de empatía del personal de las instituciones que deberían apoyarlos, al considerar que “ya no les interesa” el sufrimiento de las familias.
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“Sí, muy bonito el nuevo centro de búsqueda, pero vergüenza les debería dar, porque no hay resultados. Su personal es poco empático con los padres de familia; parece que estamos hablando de un objeto, no de una persona”, lamentó.
“Yo quiero encontrar a mi hijo, no papeles”
Lucía relató que, aunque en un principio participaron distintos cuerpos de búsqueda, con el tiempo la ayuda institucional se ha reducido. Acusó que los esfuerzos oficiales se limitan a la burocracia y no a la investigación de campo.
“Ellos se suponen que tienen las herramientas para buscar, ¿no? Y lo único que se dedican es a hacer papeles y papeles. A mí los papeles no me interesan, yo quiero encontrar a mi hijo. Pero mientras más tarde, es obvio que voy a encontrar restos, no un ser humano”, expresó.
También cuestionó que las autoridades no amplíen las líneas de búsqueda pese a que el Ajusco ha sido explorado en repetidas ocasiones sin resultados.
“Si ya se peinó el cerro y ya vimos que mi hijo no está ahí, entonces quiere decir que se lo llevaron a otro lugar. No me voy a pasar diez años buscándole en el Ajusco. Las líneas de investigación tienen que ser diferentes”, insistió.
“En el Ajusco pasan muchas cosas y nadie dice nada”
Lucía afirmó que las personas que habitan o trabajan en la zona tienen miedo de hablar sobre lo que ocurre en el Ajusco, y sugirió que podría haber complicidades.
“La gente tiene miedo de hablar, pero dicen que pasan muchas cosas, que hay cárceles ahí arriba, y nadie dice nada, ni la gente de los restaurantes. Me da la impresión de que no sólo son personas pasivas, sino que también participan en todo esto. Buscan ciertas características: alguien que vaya solo, por ejemplo”, relató.
