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En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, Óscar Balderas, periodista, habló sobre Bernardo Bravo, líder limonero de Michoacán, fue asesinado tras convocar una reunión contra los “coyotes” y sobre las desapariciones en el Ajusco.
El periodista Óscar Balderas advirtió que el asesinato de Bernardo Bravo, líder limonero de Michoacán, evidencia “un síntoma de un problema no atendido hace mucho tiempo” en Tierra Caliente y deja en silencio a una de las voces más informadas sobre la extorsión a productores. “La verdad es que Bernardo… era de los pocos que decía ‘cítame, yo te lo estoy diciendo y yo me hago responsable’”, recordó Balderas.
Una voz que informaba más allá de la narrativa oficial
Balderas explicó que Bernardo Bravo era referente porque relataba lo que ocurría “por encima de la narrativa oficial de ‘todo está bien’”. Contó una anécdota clave sobre un plan de seguridad: “Le piden a Omar García Harfuch que diseñara un plan para los primeros 100 días… y el tercero era atacar la extorsión presencial contra el limón en Michoacán”. Sin embargo, la atención se desvió por otros focos, lo que, a su juicio, dejó desamparadas esas acciones.
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Enemigo infiltrado y vínculos entre grupos
Sobre el presunto homicida, Balderas informó que “la persona que está detenida… le dicen ‘el Pantano’” y que en su ropa fue hallada una credencial de la asociación cítrica, lo que sugiere “enemigo infiltrado”. Relacionó a ese grupo con los Viagras y una alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación para pelear contra los Caballeros Templarios, un mosaico criminal que complica cualquier estrategia de pacificación.
El Ajusco: territorio de desapariciones y control criminal
Balderas habló sobre la crisis de desapariciones en la Ciudad de México. Sobre el Ajusco señaló que “entre el 1 de enero y el 30 de septiembre han desaparecido 114 personas en la alcaldía Tlalpan” y describió cómo la geografía —picos altos, cobertura arbórea, extensión territorial— facilita el dominio criminal: “Ganas el dominio criminal de un territorio, que es lo que más les interesa”.
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El periodista subrayó el clima de terror que impide que los productores hablen con nombre y apellido: “Esa es la condición con la que hablan: no te lo pueden decir con su nombre y apellido, porque hay evidente un terror”. Para Balderas, el homicidio de Bernardo Bravo es la pérdida de una fuente crucial que exponía la extorsión presencial y permitía dimensionar el problema; ahora queda la tarea urgente de que las autoridades actúen con eficacia para detener la espiral de violencia y restaurar la confianza en las comunidades agrarias.