SEGURIDAD

Asesinato de Bernardo Bravo desata miedo entre limoneros en Apatzingán: denuncian extorsión

Productores agrícolas exigen justicia y mayor presencia del gobierno ante la creciente violencia en Michoacán.

El caso pone en evidencia la crisis estructural del campo mexicano.
El caso pone en evidencia la crisis estructural del campo mexicano.Créditos: Cuartoscuro.
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Tras el asesinato de Bernardo Bravo, líder de los limoneros en Apatzingán, Michoacán, los productores de la región han alzado la voz para denunciar un clima de inseguridad, extorsiones constantes y abandono gubernamental. En entrevista para MVS Noticias con Luis Cárdenas, un limonero que prefirió mantenerse en el anonimato habló sobre el miedo que impera entre los agricultores y las dificultades económicas que enfrentan.

"La situación es muy tensa, es mucho por lo que le pasó a Bernardo. No sabemos si debemos participar en mítines, no sabemos qué hacer", expresó con preocupación.

El entrevistado explicó que días antes de su muerte, Bravo participó en un mitin en el que pedía créditos agrícolas al gobierno federal, pues los precios del limón han caído drásticamente, haciendo casi imposible la subsistencia de los pequeños productores.

Limoneros en Apatzingán: atrapados entre pobreza y crimen organizado

El precio del limón, según los testimonios, se mantiene por debajo de los 5 pesos por kilo, y muchos productores deben pagar extorsiones que oscilan entre 1 y 2 pesos por cada kilo vendido. "Era difícil subsistir con ese precio. No hay margen para vivir", lamentó el productor.

Además de las carencias económicas, los limoneros enfrentan una ola de violencia que se extiende más allá de Apatzingán, afectando también a municipios vecinos. Las extorsiones, amenazas y balaceras se han convertido en el día a día de los agricultores. "Estamos prácticamente hasta el cuello. Ya tenemos miedo", denunció el testigo.

Presencia oficial limitada y grupos criminales impunes

Aunque el gobierno ha desplegado fuerzas federales en la región, su presencia ha sido temporal e ineficaz, según los productores. "Solo hicieron presencia. Duraban 2 o 3 semanas y se iban. Luego regresaba la violencia: drones, balazos. Con la autoridad no pasaba nada", explicó.

El control territorial, señalaron, está en manos de diversas organizaciones criminales, como Los Viagras y Los Templarios "Siempre hay alguien detrás. Los que cobran son chivos expiatorios, el verdadero mando se desconoce", advirtió el limonero.

Exigen justicia y protección real

Bernardo Bravo fue una de las pocas figuras que se atrevió a hablar en nombre de los limoneros. Su asesinato ha sembrado miedo y desesperanza en un gremio que se siente abandonado.

"Bernardo habló por muchos limoneros. Ya le compete a la autoridad investigar", concluyó.

El caso pone en evidencia la crisis estructural del campo mexicano y la fragilidad del estado de derecho en regiones donde la ley está ausente y el crimen organizado impone sus reglas.