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En entrevista para MVS Noticias con Ana Francisca Vega, Gerardo González, pasajero del vuelo 3041 de Volaris, habló sobre el momento en que un hombre intentó desviar el vuelo a Estados Unidos.
"Yo por desgracia me tocó vivir esa experiencia, ahí en ese vuelo que veníamos de Guanajuato a la ciudad de Tijuana. Fue una experiencia muy aterradora, que no se la puedo desear ni a mi propio enemigo", dijo.
Comentó que el sujeto que este domingo fue detenido tras intentar desviar por la fuerza un vuelo de la aerolínea Volaris hacia Estados Unidos, se encontraba en el asiento contiguo al suyo.
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Afirmó que las intensiones del sospechoso era llegar a territorio estadounidense para solicitar asilo político.
Contó que el hombre trató de abrir la puerta del avión, después de 30 minutos de que el aeronave despegó desde el estado del bajío.
"El quería abrir la puerta, entonces la aeromoza se puso enfrente de él, no lo dejó; entonces él agarró una pluma y se la puso al lado del pescuezo, como para que sea su víctima", narró.
¿Cómo fue el intento de desviar el avión de Volaris?
El testigo indicó que antes del despegue, tras el cierre de las puertas del avión, el detenido identificado como Mario "N", le dijo a la aeromoza que deseaba bajar, pero ella le contestó que ya no se podía, porque ya se habían cerrado las puertas y se había despegado el avión de la puerta.
Luego el individuo regresó a su asiento, para conversar con su esposa, con quien viajaba, así como con dos de sus hijos; fue entonces que se paró y fue hacia la puerta de emergencia para abrirla.
"Cuando la aeromoza lo miró, se fue para enfrente, y se puso enfrente de él para que él no la abriera, entonces él como pasó eso, entonces agarró a ella como víctima", añadió.
Después, teniendo a la azafata como rehén, se dirigió a la puerta de a cabina en que estaba el piloto, y le advirtió que le haría daño a la mujer si no aterrizaban en la ciudad de San Diego, California.
El piloto anunció por el altavoz que en 10 minutos aterrizarían en el aeropuerto de San Diego, pero no era verdad.
Gerardo González agregó que la gente empezó a gritar y a llorar, ante la situación; y el sujeto se controló al pensar que cumplirían sus exigencias.