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En entrevista con Pamela Cerdeira, para MVS Noticias, la activista María Elena Ríos explicó como protagonizó una pelea con una mujer en el hospital donde internaron a su agresor.
El caso de María Elena Ríos, víctima de un brutal ataque con ácido en 2019, sigue marcando la agenda pública. Esta vez, la activista enfrentó una nueva controversia al denunciar irregularidades en la hospitalización de su agresor, Juan Antonio Vera Carrizal, quien fue trasladado al Hospital Reforma de Oaxaca por supuestas complicaciones de salud.
Según Ríos, el traslado no fue notificado ni a ella ni a las autoridades correspondientes, a pesar de su calidad como víctima directa y parte del proceso judicial. “¿Cómo me voy a sentir después de cinco años de buscar justicia y recibir humillaciones? Esto es una burla,” declaró en entrevista.
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¿Cuáles han sido sus denuncias?
Ríos asegura que Vera Carrizal utiliza su posición de poder para evadir las medidas cautelares en su contra. “No estoy en contra de que tenga derecho a la salud, pero lo que hace es abusar de ese derecho estando preso,” expresó. Según la activista, el exdiputado ingresó al hospital con ayuda de personal médico privado y sin la supervisión adecuada, algo que considera un acto de favoritismo.
Además, señaló que durante su visita al hospital, ella y su hermana fueron hostigadas por personal del lugar, quienes aparentemente siguen órdenes de las hijas del acusado. "Las que mandan en el hospital son ellas. No había seguridad ni policías presentes,” afirmó.
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¿Cuáles han sido sus conflictos con las autoridades de Oaxaca?
María Elena también criticó la actuación de Salomón Jara, gobernador de Oaxaca, y de Berenice Ramírez Jiménez, magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia, acusándolos de proteger a Vera Carrizal. “El gobernador sabe lo que está pasando. ¿Por qué lo protege? Es un esquema corrupto,” enfatizó.
Asimismo, en una audiencia previa, el acusado había presentado problemas de salud como hipertensión, diabetes y hasta Parkinson, los cuales, según Ríos, no están debidamente comprobados. “Él está más sano que todos nosotros. Todo esto es parte de su estrategia para evadir la justicia,” dijo.
Por otro lado, la activista también expresó su frustración ante la falta de avances en el caso y el desgaste emocional que ha enfrentado. “He tenido que ser abogada, enfermera y defensora de mi caso. La gente que critica no entiende lo que es vivir esto,” lamentó. A pesar de las adversidades, reiteró su compromiso de seguir luchando: “No soy una víctima que se queda callada. Estoy aquí para recuperar mi vida.”
El caso de María Elena Ríos continúa siendo un recordatorio de los desafíos que enfrentan las víctimas en busca de justicia en un sistema plagado de irregularidades.