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En su colaboración con Luis Cárdenas, Pedro Tello Villagrán, consultor en economía, habló sobre la caída en el gasto público y la inversión en infraestructura.
“Si la educación ofrece la oportunidad de cerrar la brecha para aspirar a mejores empleos y mejorar la calidad de vida, la inversión pública en infraestructura permite responder a los rezagos en seguridad, salud, medioambiente, entre otros”, contextualizó el experto.
Para lograr lo anterior, el especialista comentó que el gobierno en turno debe cuidar el presupuesto por su impacto directo en el bienestar de los hogares.
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“Nos encontramos con que buena parte de los presupuestos del señor se fueron a las obras públicas emblemáticas como el aeropuerto, Dos Bocas y el Tren Maya”, dijo.
Sin embargo, “los proyectos de infraestructura, que no han sido terminados, han ido mermando la disponibilidad de fondos para otros proyectos con impacto de rentabilidad social y económica”.
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Inversión pública no cumple estándares
Al respecto, el Banco Mundial ha señalado que, para abastecer de la infraestructura necesaria para un país como México, se debe destinar 4.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
“Para este 2023 se estima que la inversión pública en infraestructura alcanzará el 3.6 del PIB”, comentó el experto.
Mientras que el monto que el gobierno federal actual destinará a la infraestructura representará el 2.9 por ciento del PIB, aunque en gobiernos pasados fue del 3.9 por ciento.
“Estamos lejos del estándar apropiado del Banco Mundial para priorizar el progreso”, comentó. “De cada 100 pesos que invierte para infraestructura, 44 son para energía, 3 pesos para salud, 2 pesos para educación y uno para protección ambiental, el resto es para todas las otras actividades de inversión pública”.
Según Pedro Tello, este sexenio será el de menor impacto sobre recursos para la infraestructura.
“La herencia que se va a dejar a la siguiente administración será la de un país con rezagos importantes”, concluyó sobre la inversión en infraestructura.