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En su colaboración para MVS Noticias con Luis Cárdenas, el periodista especializado en crimen organizado, Óscar Balderas, narró que el huracán Otis arrasó con todo, incluso con la droga, en Acapulco.
“Entre todo lo que se llevó el devastador fenómeno meteorológico, hay un insumo que también escasea y del cual depende una buena parte de la frágil paz social en el puerto guerrerense: la droga de los narcomenudistas”, contextualizó el reportero.
Contó que, en el Acapulco de antes, encontrar drogas era más fácil que parar un taxi en la Costera Miguel Alemán.
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“Para obtener una dosis bastaba hablar con el prestador de servicios más cercano: un dealer era un vendedor de cocos, un pescador, un gerente del hotel o un capitán de meseros en un restaurante familiar”, relató el comunicador.
Tras huracán Otis, ‘la droga parece que se la tragó el mar’
Actualmente, no se puede conseguir una dosis, como al principio de la tragedia tampoco se podía conseguir una botella con agua o comida caliente, según Óscar Balderas.
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“El viento y el mar se llevaron todo, me dice Adrián, un capitán de yates en la zona de Caleta que balanceaba sus ingresos con la venta de cocaína de baja calidad, pero que cobraba en dólares”, contó. “Al escondite de su casa entró tanta agua que perdió las grapas que debía vender para fin de mes”.
Lo mismo les pasó a otros dealers que trabajan para el Cártel de Sinaloa.
En Acapulco, esto puede significar todo lo contrario, indica Balderas: “Una pésima noticia. 10 grupos del crimen organizado como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, La Familia Michoacana, los Beltrán Leyva, Guerreros Unidos, Los Rojos, Los Tlacos, Los Ardillos, Cártel Independiente de Acapulco y Cártel del Sur, se han encargado desde el siglo pasado en convertir a las drogas ilegales en parte de la dieta básica de la ciudad”.
En los últimos 10 años, en el destino turístico se ha duplicado la población usuaria de drogas y también quienes tienen un consumo problemático.
“A una semana de que Otis tocó tierra en Acapulco, algunos de estos enfermos ya están entrando de lleno a una fase de síndrome de abstinencia tan insoportable que muchos estarían dispuestos a hacer lo que sea con tal de obtener una dosis que alivie su sufrimiento”, alertó el periodista.
El reportero comentó que “Adrián cree que si Acapulco no vuelve pronto a la normalidad —y esa normalidad incluye el flujo de drogas— habrá una revuelta de personas con adicciones que romperán con la delicada paz social que se intenta reconstruir”.
Así, el huracán Otis arrasó con todo, incluso con las drogas, en Acapulco, según Óscar Balderas.