Militarización, ecocidio y despojo del territorio son parte de los impactos a los pueblos mayas de Yucatán que documentó la Misión de Observación del Tren Maya, que se realizó en mes de abril por parte de un grupo de personas académicas de la UNAM, UAM, el INAH, el l Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza y la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Está Misión de Observación fue una actividad de seguimiento a una primera jornada que se efectuó en mayo de 2023 en Valladolid. En esta ocasión concluyeron, que se cometieron violaciones irreparables a los derechos humanos individuales y colectivos, a los derechos indígenas y a los derechos de la naturaleza.
De nueva cuenta se puso sobre la mesa la perturbación al sistema de cavernas del Tramo 5, en cuyo interior hay cenotes en los que se instalaron pilotes de acero.
"El corredor biológico que se tenia en la selva norte de Quintana Roo que no está protegida fue vulnerado totalmente, donde los manifiestos de impacto ambiental mintieron y aseguraron que no hay presencia del jaguar. Hemos tenido la desdicha de comunicar que han sido afectado por lo menos 130 cenotes y cavernas que fueron perforadas por el Tren Maya", comentó Guillermo D.Christy, consultor en tratamiento de agua y miembro del organización de ciencia ciudadana, Cenotes Urbanos.
Otros de los tramos que recorrió la Misión de Observación del Tren Maya fueron los tramos 6 y 7 del megaproyecto, en donde además, hallaron una alta presencia de las Fuerzas Armadas en la región.
Asimismo, testimonios denunciaron otros abusos como el abuso de poder de las Fuerzas Armadas, daños a parcelas y tierras comunales, explotación de fuentes de agua y cercamiento de espacios públicos.
