A pesar de que muchos dicen son el demonio en cuerpo de perro, lo cierto es que este chihuahua se acaba de robar el corazón de millones de internautas que no soportaron ver su reacción viral cuando se enteró de que su dueña se iba de vacaciones, así como la forma en que la recibió luego de 10 días de auténtico infierno para él.
La pequeña perrita chihuahua se llama Blondie y cuando se enteró de que su dueña se iba de vacaciones, conmovió a propios y extraños con su reacción viral, pues sin duda expresó con total claridad su rechazo a la idea de quedarse sola y con sus ojitos grandes y tiernos demostró que a pesar de que no le querían decir, ella sabía perfectamente lo que pasaba.
Viral en cuestión de minutos
Si bien es cierto que había ya ganado varios seguidores al subir videos de Blondie en su cuenta, lo cierto es que jamás imaginó volverse viral en cuestión de horas pues las reacciones espontáneas y emotivas de su chihuahua, que mezclan ternura, humor y el carácter distintivo del animal al enterarse que su dueña se iba de vacaciones, lograron captar la atención de millones de seguidores.
Te podría interesar
Antes, en su cuenta solo mostraba escenas de momentos cotidianos en la vida de Blondie, desde su presencia en la Casa Blanca y el Obelisco en Washington que enriquecen su historia, hasta sus momentos de diversión con sus juguetes, pero ahora todo cambió al convertirse en un símbolo de la conexión genuina entre humanos y mascotas.
Así fue la reacción de Blondie
El usuario @bruiserandellewoods fue quien compartió los videos en TikTok, en los que la dueña primero dice: “Dios mío, me voy a Europa y mira esta perrita. Sabe que la dejo. Lo siento mucho, cariño, pero no puedes venir al crucero; ¡no te dejan subir!”, mientras Blondie aparece sentada sobre la maleta de su dueña, derramando lágrimas auténticas.
Te podría interesar
Ah, pero eso no fue todo, pues en otra filmación, 10 días después, la perrita vuelve a aparecer, aunque ahora para recibir a su dueña y su emoción se hizo notar cuando corrió primero hacia la puerta, ladrando con entusiasmo, para finalmente recibirla a besos mientras recinía un abrazo lleno de cariño: “Jamás te volveré a dejar sola”.