Otro escándalo sacude el servicio de transporte en Cancún, pues luego de que Luisito Comunica ya había denunciado anteriormente el cobro excesivo en sus tarifas, ahora otra influencer coreana levantó la voz para explotar en redes sociales por el cobro de 10 mil pesos por un viaje en taxi a Tulum y en el que sintió que hasta su vida estuvo en peligro.
Así como lo leíste: La influencer coreana no se conformó con denunciar el cobro excesivo de 10 mil pesos por un viaje de Cancún a Tulum, sino incluso puso en entredicho la seguridad del servicio al exponer que sintió que su vida corría peligro en un taxi, a los que Luisito Comunica ya había catalogado de “mafia” y hasta de “ratas”.
Esto pasó con Luisito Comunica en Cancún
Luego de que esta misma semana Luisito Comunica desató controversia al denunciar el excesivo cobro de 2 mil pesos por un viaje de taxi de solo 20 minutos en Cancún, ahora esta influencer coreana pone de nuevo el dedo en la llaga al asegurar que a ella le cobraron 10 mil pesos por un servicio a Tulum en el que, supuestamente, hasta su vida habría estado en peligro.
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Luisito Comunica afirmó estar “impresionado con toda la mafia de los taxis aquí (Cancún). Por un trayecto de 20 minutos me cobraron 2 mil pesos. ¿Así son todos de ratas o qué? Esto necesita regulación”, a lo que el Sindicato de Choferes, Taxistas y Similares del Caribe Andrés Quintana Roo le respondió en un comunicado oficial: “En virtud de la relevancia que tiene como comunicador, es importante precisar que el servicio que recibió no fue de taxi, sino de una empresa de transporte federal de pasajeros”.
La influencer coreana que denunció cobró de 10 mil pesos en taxi
Ah, pero eso no fue todo, pues ahora fue la influencer coreana Narabask la que puso contra la pared a los taxistas de Cancún al asegurar que “me da un poquito de miedo platicar de este tema, pero creo que mi deber es advertirles antes de que vayan a Cancún, porque yo sí sentí que me ban a matar. Mis amigos y yo decidimos tomar un taxi de media hora a Tulum y lo primero que noté es que el chofer era medio agresivo. Le pregunté si podíamos hacer una parada en un 7 Eleven y él me dijo que sí, pero que me iba a cobrar más. Nos paramos cinco minutos y luego seguimos nuestro recorrido”.
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Y añadió: “Eran como las 12 de la madrugada y de repente se para y nos dice: ‘Oigan, van a tener que pagar antes porque allá no va a haber Internet. Van a ser 10 mil pesos. Yo no estoy cobrando, están cobrando mis jefes’. De repente me entró el pánico y me comencé a enojar y a reclamarle que no íbamos a pagar eso, hasta que me dice: ‘Sí, chamaquita, ¿te quieres poner de pechito? Órale, va. Pues si quieres nos regresamos, los llevo a donde yo quiera y ahí ves lo que haces’”. Entre todos juntaron lo que tenían y sí, finalmente pagaron. “Ya que me bajé, yo sentí el alivio más grande de mi vida”, culminó la mujer de padres coreanos y nacida en México.