Todas las personas disfrutan de un baño y una cocina relucientes, pero no siempre es fácil mantener los mayores estándares de limpieza. Existen diversos productos en el mercado que aseguran facilitar la tarea, pero en casa se pueden combinar tres productos que dan un resultado muy efectivo y seguro se encuentran en casa: agua oxigenada, bicarbonato de sodio y jabón para platos. Cada uno de ellos tiene un precio accesible y dan como resultado una fórmula que promete resultados óptimos.
Para aprovechar estos tres productos al máximo, basta con mezclarlos en las proporciones adecuadas, para luego aplicarla sobre las juntas de los azulejos con un cepillo de dientes viejo y frotar suavemente. Al enjuagar, el resultado será inmediato: superficies limpias y libres de manchas difíciles. La receta perfecta es la siguiente:
- 50 mililitros de agua oxigenada.
- 100 gramos de bicarbonato.
- Unas gotas de jabón para platos.
¿Cuál es el poder de cada producto?
El agua oxigenada, ampliamente conocida por sus propiedades desinfectantes, es capaz de limpiar a fondo al entrar en contacto con la suciedad. Al reaccionar, libera pequeñas burbujas que descomponen manchas incrustadas en las juntas de los azulejos, además de erradicar bacterias y moho, dos problemas comunes en áreas con humedad como el baño. Su uso regular no solo mejora la apariencia de las superficies, sino que contribuye a una higiene más completa.
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El jabón para platos es más que un simple limpiador de utensilios. Gracias a su capacidad para reducir la tensión superficial del agua, ayuda a que esta penetre mejor en las áreas difíciles de limpiar, como las juntas entre los azulejos. En la cocina, donde la grasa tiende a acumularse con mayor facilidad, el jabón para platos facilita la eliminación de residuos grasos y otras impurezas adheridas a las superficies.
El bicarbonato de sodio, por su parte, es ideal para eliminar la suciedad sin dañar las superficies delicadas gracias a su textura ligeramente abrasiva. Además, su naturaleza alcalina actúa sobre las grasas y otros residuos, descomponiéndolos para una limpieza más eficiente. En combinación con el agua oxigenada y el jabón para platos, el bicarbonato potencia su efecto limpiador, logrando que los azulejos luzcan como nuevos.