Pachita, una curandera originaria de Parras, Chihuahua, gana popularidad cada vez que se menciona al científico mexicano Jacobo Grinberg, desaparecido misteriosamente en 1994. Pachita llegó a atender a personas del mundo de la farándula mexicana y del ámbito político en La Casa de las Brujas, ubicada en la colonia Roma Norte de la Ciudad de México.
La arquitectura enigmática del edificio añade misterio a la figura de Bárbara Guerrero, mejor conocida como Pachita, quien ya gozaba de fama antes de conocer a Grinberg. Su reputación la llevó incluso a la residencia oficial de Los Pinos, donde solían vivir los presidentes de México antes de Andrés Manuel López Obrador.
Entre Los Pinos y la colonia Roma
Jacobo Grinberg habría conoció a Pachita en la residencia oficial de Los Pinos, invitado por Margarita López Portillo, hermana del expresidente José López Portillo (1976-1982), como se menciona en el documental El secreto del doctor Grinberg (2020). Y en su libro Los chamanes de México Volumen III: Pachita, Grinberg hace alusión a su primer encuentro con ella en esta residencia:
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Cuando Pachita fue por primera vez a la casa donde la conocí, experimentó varios percances, incluida la pérdida de una de las casas donde operaba. La dueña la había echado el mismo día en que visité la mansión donde fue presentada.
En este texto, Grinberg menciona que Pachita llegaba a atender en la colonia Roma.
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Foto: Gisela Vieyra
La Casa de las Brujas y Pachita
La famosa Casa de las Brujas, ubicada en la plaza Río de Janeiro en Roma Norte, fue el lugar donde Pachita atendía a celebridades. Este edificio, construido en 1908, según el arquitecto Edgar Tavares (El Universal, 7 de julio de 2016), fue obra del arquitecto inglés Regis A. Pigeon, por encargo del expresidente Porfirio Díaz. Concebido originalmente como un hotel de lujo, destaca por su uso de tabique rojo y fue remodelada en 1942 por el arquitecto Francisco J. Serrano, quien adaptó su interior al estilo Art Decó.
Foto: Gisela Vieyra
Otro edificio de Pigeon, ubicado en la calle Berlín en la colonia Juárez, comparte características arquitectónicas con La Casa de las Brujas. Según el texto Arquitectura del Porfiriato de la Universidad Nacional Autónoma de México, este edificio en Berlín y Versalles, construido en 1910, es uno de los primeros complejos de departamentos de la ciudad, inspirado en la arquitectura alemana.
Foto: Gisela Vieyra
Se construyeron inspirados en la arquitectura alemana, debido a su elevada cubierta en forma triangular que funge de techo y de remate visual principal del edificio.
¿Por qué Pachita atendía en La Casa de las Brujas?
Jacobo Grinberg menciona en su libro Los chamanes de México Volumen III: Pachita que la curandera atendía en esta casa de la colonia Roma Norte. Liliana Ugalde, nieta de Pachita, explicó en el canal de YouTube ISCO 360 que Pachita daba consulta en la Casa de las Brujas debido a su amistad con un promotor artístico que residía ahí.
“En Río de Janeiro vivió Memo Lauder (sic) era un promotor artístico, que era amigo de mi abuela, y sale en los libros de hecho, y la gente del medio artístico que luego no iba allá a la Raza. Iban a consultarla allá. Pero no para operar, ni nada de eso. Porque mi abuela hacía todo lo que tenía que hacer en su casa, que era donde tenía su altar. Mi abuela para operar tenía un altar a Cuauhtémoc. Es donde ella operaba”, detalla la nieta de la curandera.
Muchas celebridades preferían ir a la colonia Roma a consultar con ella, ya que no todos se sentían cómodos en La Raza, donde vivía Pachita. Sin embargo, la curandera realizaba sus operaciones espirituales en su propia casa, donde tenía un altar dedicado a Cuauhtémoc, según comentó Liliana Ugalde.
El origen del nombre 'Casa de las Brujas'
Algunos creen que el edificio en Río de Janeiro en la colonia Roma Norte recibió el nombre de “Casa de las Brujas” debido a las consultas de Pachita. Sin embargo, otras versiones sugieren que este nombre se debe a la figura en la parte superior del edificio que recuerda a una cabeza de bruja, con formaciones que simulan ojos y una boca en el balcón central.
Sin duda, este edificio no solo posee una riqueza arquitectónica única, sino también una carga mística, alimentada por las leyendas en torno a Pachita y los relatos de Jacobo Grinberg, quien documentó sus vivencias junto a la curandera.