Armada con una escoba y palabras tiernas, una mujer logró sacar de su casa a un cocodrilo que había ingresado aparentemente sin invitación en la vivienda de Tabasco.
En redes sociales se difundió un video en que se aprecia cómo una mujer consigue que un cocodrilo de poco más de un metro, salga de su domicilio.
La grabación comienza cuando la señora, sosteniendo a un pequeño cachorro en un brazo, mete una escoba abajo de un sillón y pide al reptil que se vaya, porque ya es hora de dormir.
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"Ándale, coco, órale, vete ya para tu pila, ya tienes que dormir", se escucha.
Poco después el animal sale de un costado del sillón y tranquilamente se coloca abajo de una mesita, para volver a recostarse.
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La mujer mantiene su distancia del reptil, y le da unos pequeños golpecitos con la punta de la escoba, para animarlo a seguir caminando.
"Ándale, vete ya para tu pila, rápido, ándale mi vida, ándale mi niño precioso, jálale", le dice.
"Cocodrilo, ya es hora de dormir"
Las imágenes son captadas aparentemente por un hombre que sólo le aconseja a la mujer que trate de que no la muerdan.
"Órale mi bebé hermoso, ya, vete para tu casa, jálale, jálale mi niño, jálale mi nene", le dice tiernamente la residente del estado ubicado en la costa del Golfo de México.
Luego de unos empujones más, el cocodrilo decide avanzar, pasa por abajo de una mesa y se perfila hacia la puerta de la vivienda, mientras la mujer le repite que ya es hora de dormir y que pasó todo el día en su casa.
"Ya mi nene hermoso, ya mi niño precioso, hasta mañana si Dios quiere", le dice, mientras el hombre que graba se sorprende porque el reptil hace caso a las palabras de la mujer.
Antes de que el animal cruce el portal, la dama se agacha para acariciarle la cola y luego verlo salir del domicilio.
Una vez en el patio, la señora le pide que se fije dónde se meterá, porque no quiere que le tire sus plantas, en entonces que el cachorro, ya suelto, corre detrás de este y le ladra.
"Déjalo tú, te va a comer de un bocado", le advierte la tabasqueña.
El cocodrilo ignora al can y continúa su camino hacia una pequeña barda, donde se para en dos patas y luego se apoya en ésta para saltar y finalmente irse.