El pozole siempre tiene un lugar especial en la mesa y en el corazón de quienes lo disfrutan. No importa si es para una reunión familiar o un antojo de fin de semana, ese aroma a maíz y carne recién cocida siempre despierta sonrisas. Una de las cosas que más llama la atención es su color: rojo o verde, y cada uno tiene su propio sabor y personalidad.
Más allá de solo el color, la diferencia principal está en cómo se prepara el maíz cacahuazintle y en los sabores que se incorporan durante la cocción. Mientras que uno puede tener un toque más ahumado y picante, el otro suele destacar por su frescura y notas herbales. Conocer estas diferencias te ayudará a decidir cuál pedir según tu gusto o incluso a animarte a probar ambos.
Así se prepara el pozole rojo
El pozole rojo es un clásico que no puede faltar en muchas mesas mexicanas, sobre todo en Jalisco y los estados del Bajío como Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y Aguascalientes. Su preparación combina maíz cacahuazintle con carne de cerdo y, sobre todo, los chiles secos que le dan ese color y sabor tan característico que lo hace único.
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Cada región le pone su toque especial: en el Bajío se suele usar chile marisol, mientras que en Sinaloa prefieren guajillo, y en San Luis Potosí o Zacatecas es común encontrarlo con chile colorado o mulato. Esta variedad de chiles hace que, aunque sea “rojo”, cada pozole tenga un sabor distinto que refleja su lugar de origen.
Aunque la receta tradicional lleva cerdo, también es común preparar pozole rojo con pollo para quienes prefieren un sabor más ligero. Además, el maíz se cuece hasta que revienta y se vuelve tierno, creando esa textura característica que todos amamos.
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Para disfrutarlo al máximo, se sirve con sus clásicos acompañamientos: lechuga o repollo picado, rábanos, cebolla, orégano, limón y tostadas. Cada cucharada combina el picante y la suavidad del maíz con la proteína elegida, logrando un equilibrio perfecto que lo hace irresistible. No es solo un platillo, es una experiencia que celebra la riqueza de la cocina mexicana.
¿Cómo es el pozole verde?
El pozole verde es uno de esos platillos que sorprenden al primer bocado. Al igual que el rojo o el blanco, lleva maíz cacahuazintle, pero lo que realmente lo hace diferente son ingredientes como el pipián, el aguacate, el huevo y el chicharrón de cerdo. Todo esto se mezcla para darle un sabor más fresco y un poco más cremoso, que se siente reconfortante en cada cucharada.
El pipián, hecho con pepitas de calabaza molidas, le da cuerpo y un sabor suave que se combina muy bien con los demás ingredientes. En algunas versiones se agrega chile poblano, epazote o quelites, y eso le da un toque más herbal. Cada región tiene su pequeña variación, lo que hace que cada pozole verde sea un poco diferente.
Esta versión lleva huevo, y puede ponerse cocido o crudo; si se añade crudo, se cocina con el calor del caldo y aporta una textura ligera y agradable. Por su parte, el chicharrón da un contraste crujiente que complementa la suavidad del maíz y del pipián, haciendo que cada cucharada tenga varias capas de sabor.
Aunque en ocasiones se le añaden sardinas, se hace con cuidado para no sobrecargar el sabor. Y como siempre, los acompañamientos como rábanos, lechuga, orégano y limón son muy importantes, ya que no solo decoran, sino que le dan un toque fresco que hace que el pozole verde sea un plato completo.
Al final del día, tanto el pozole rojo como el verde tienen su encanto y cada uno cuenta su propia historia. El rojo destaca por su sabor intenso gracias a los chiles secos, mientras que el verde sorprende por su frescura y cremosidad con el pipián y el aguacate. Elegir uno u otro no es cuestión de cuál es mejor, sino de qué antojo tienes y qué sabores prefieres disfrutar.