En muchas ocasiones recibimos o realizamos comentarios sobre el cuerpo aparentemente inofensivos, que incluso lanzados con buenas intenciones, pueden dejar una huella en la cabeza de la otra persona; al respecto, la psicología nos explica cuáles deberíamos dejar de decir.
En nuestra sociedad se ha normalizado opinar sobre el cuerpo ajeno, lo cual se hace sin pensar, pese a que se reciba con una sonrisa incómoda, y en la mayoría de las ocasiones, se cargue con sus efectos en silencio.
¿Por qué tenemos por costumbre comentar sobre los cuerpos?
Es un hecho que desde temprana edad se inculca a las personas, intencionalmente o no, que el físico importa; esto a través de halagos que se centran en lo guapo, delgado o fuerte que se ve alguien.
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El portal especializado en psicología Therapyside expone que estas situaciones se dan tanto en los colegios como en reuniones familiares o incluso las redes sociales, en que el cuerpo se convierte en una carta de presentación, tema de conversación y motivo de juicio.
Las razones más comunes por las que se hacen este tipo de comentarios son:
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- Por hábito social: está tan normalizado que ni siquiera lo cuestionamos.
- Por buscar conexión: muchas veces es una forma rápida (y errónea) de establecer cercanía.
- Por inseguridades propias: proyectamos nuestros miedos y estándares en los demás.
- Por desconocimiento: no siempre somos conscientes del impacto emocional que puede generar.
- Por un intento de dominar al otro.
¿Por qué deberías dejar de decir comentarios sobre el cuerpo, según la psicología?
"Aunque pueda parecer exagerado, hablar constantemente del físico puede generar o reforzar malestar psicológico real", exponen los expertos del sitio especializado.
Algunos de los efectos más comunes son:
- Baja autoestima
Al enfocar los halagos en el cuerpo, la autoestima se comienza a vincular de manera exclusiva a la apariencia, generando un claro mensaje de "si no encajo en el ideal físico, valgo menos".
- Relación conflictiva con la comida o el ejercicio
También centrar la conversación en el peso puede generar obsesión, culpa y una relación poco sana con la alimentación y el deporte.
- Ansiedad social
Las personas que sufren por los juicios que se hacen a su apariencia pueden desarrollar miedo de ser vistas, ansiedad en eventos sociales o incomodidad de mostrarse en redes.
- Aumento de la autoexigencia
"Si me han dicho que estoy bien así, debo mantenerme así". Incluso la presión silenciosa puede llevar a conductas extremas o poco sostenibles.
Los expertos en psicología señalan que estas pueden ser algunas de las consecuencias que los comentarios sobre el cuerpo pueden traer a quienes los reciben, por lo que recomiendan dejar de hacerlos, aún si se piensa que son con buenas intensiones.
