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Qué significa llevar el cabello siempre amarrado, según la psicología

Según la psicología, llevar el cabello de esta manera puede estar relacionado con aspectos clave de la personalidad

Mujer con cabello recogido.
Mujer con cabello recogido. Créditos: Freepik
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Un hábito común es llevar siempre el cabello amarrado, si bien esto puede estar asociado a una imagen que refleja un estilo de vida formal, la realidad es que hay más significados detrás de esta práctica. De acuerdo con la psicología, llevar el cabello de esta forma puede estar vinculado a aspectos importantes como la personalidad y las emociones de una persona.

El significado psicológico detrás de llevar el cabello siempre amarrado

Cabe destacar que aunque cada uno tiene sus propios motivos para optar por este tipo de peinado, existen algunos patrones frecuentes que pueden ayudar a entender mejor el significado de quienes constantemente traen el cabello recogido. Según la psicología, el cabello amarrado puede ser reflejo de lo siguiente:

1. Personalidad perfeccionista

Comenzamos con uno de los principales significados de llevar el cabello amarrado: la personalidad perfeccionista. Las personas con este rasgo suelen proyectar una imagen pulida y ordenada, así que mantener el cabello recogido puede reflejar su deseo de transmitir control, estructura y confianza en sí mismas.

2. Control y disciplina

Por otro lado, llevar el cabello recogido en una coleta o trenza puede indicar un deseo de mantener el control y la organización en la vida diaria. Las personas que eligen este estilo suelen ser prácticas y prefieren eliminar distracciones, lo que evidencia un enfoque disciplinado hacia sus metas.

Mujer formal. Créditos Freepik. 

3. Comodidad 

Asimismo, amarrarse el cabello ayuda a algunas personas a sentirse cómodas y evitar molestias, este hábito puede ser reflejo de una personalidad práctica. 

4. Necesidad de protección

Finalmente, desde un enfoque psicológico, el cabello recogido puede simbolizar una especie de barrera, ya que al mantenerlo alejado del rostro, la persona puede tener la sensación de que está creando un espacio de protección emocional o físico frente a los demás.