¿Te gusta tomar refresco? Si eres el que siempre llega a las reuniones familiares con refresco, te conviene seguir leyendo. Esta bebida es una de las más consumidas en el mundo, pero también una de las más perjudiciales para la salud.
Según un estudio de la UNAM, el consumo excesivo de bebidas azucaradas está directamente relacionado con problemas de salud que pueden poner en riesgo tu vida o la de tus seres queridos. Aunque su sabor y accesibilidad la convierten en una bebida popular, dejar de tomar refresco puede transformar tu salud de forma significativa. Te contamos.
¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando tomas refresco?
Tomar refresco es una costumbre muy familiar en México. De acuerdo con un boletín de la UNAM, en 2019, el país ocupaba el primer lugar en consumo del refresco, ya que las familias llegaban a invertir hasta un 10% de su ingreso total en la compra de esta bebida, con un promedio de 163 litros por persona al año.
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¿Hace daño tomar refresco? Lamentablemente, esta costumbre perjudica de forma severa la salud de los mexicanos, pues el alto consumo de refresco está relacionado con enfermedades como: obesidad, diabetes tipo 2, derrames cerebrales, gota, asma, cáncer, artritis reumatoide, enfermedades arteriales coronarias y óseas, problemas dentales y de conducta, trastornos psicológicos, envejecimiento prematuro y adicción,
Dejar de consumir esta bebida azucarada no solo tiene beneficios a corto plazo, como una mejor hidratación, sino que también mejora tu calidad de vida a largo plazo.
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¿Qué beneficios tiene dejar de tomar refrescos?
Según expertos de la UNAM, al sustituir el refresco por opciones más saludables como agua natural o infusiones, tu cuerpo experimentará cambios positivos que incluyen desde la pérdida de peso hasta una reducción en los niveles de azúcar en sangre.
Bajar de peso
El refresco contiene grandes cantidades de azúcar y calorías vacías que no aportan nutrientes. Al eliminarlo de tu dieta, reduces significativamente tu ingesta calórica diaria, lo que facilita la pérdida de peso. Según el boletín de la UNAM, una sola lata de refresco puede contener hasta 10 cucharadas de azúcar, lo que equivale a más del consumo recomendado en un día.
Mejora en la regulación del hambre
Lo refrescos dietéticos contienne endulcorantes artificiales que pueden afectar tu sentido de saciedad; es decir, que pueden “engañar” al cerebro para estimular el apetito. Esto produce un aumento en el consumo de alimentos que genera un aumento de peso.
Mejora en la salud dental
El azúcar y los ácidos presentes en los refrescos son la principal causa de caries y desgaste dental. Al dejar de tomar estas bebidas, ayudas a proteger el esmalte de tus dientes y previenes problemas como la sensibilidad dental y las visitas constantes al dentista.
Previene el envejecimiento celular
Los refrescos aumentan el envejecimiento celular. Según expertos, dejar de consumir refrescos ayuda a que las células mantengan su función por más tiempo, de esta manera se puede prevenir la aparición de signos de envejecimiento prematuro como arrugas y líneas de expresión.
Reducción del riesgo de enfermedades crónicas
El consumo regular de refrescos está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades del corazón. Dejar de consumirlos disminuye estos riesgos y mejora tu salud metabólica en general.
Mejor hidratación
A diferencia del refresco, que puede provocar deshidratación debido a su contenido de cafeína y azúcar, optar por agua o bebidas naturales garantiza que tu cuerpo esté bien hidratado, lo que beneficia tu piel, tus riñones y tu energía diaria.
Más energía y mejor sueño
El alto contenido de cafeína y azúcar en los refrescos puede alterar tus niveles de energía y la calidad de tu sueño. Dejar estas bebidas mejora tu descanso nocturno y regula tus niveles de energía durante el día.
Si estás muy acostumbrado, dejar de tomar refresco puede parecer un reto al principio, pero los beneficios para tu salud física y mental hacen que valga la pena. Cambiar este hábito no solo mejora tu calidad de vida, sino que también reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas. Opta por alternativas saludables como el agua natural, té o agua con frutas para mantenerte hidratado y cuidar de tu cuerpo.