Según una investigación llevada a cabo por economistas y profesores de la Universidad de Darmouth y de Warwick, David Blanchflower y Andrew Oswald, la llamada "crisis de la mediana edad" es un fenómeno universal que afecta a personas de todo el mundo.
El estudio, publicado en la revista Social Science & Medicine en 2008, analizó datos de bienestar proporcionados por más de 2 millones de personas en 70 países.
Los resultados revelaron que entre los 40 y los 50 años, durante la plena madurez, las personas experimentan una mayor incidencia de miedos e inquietudes, lo que contribuye a un sentimiento generalizado de infelicidad.
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La "crisis de la mediana edad" se caracteriza por cambios significativos en la vida de las personas, a menudo acompañados por un intento de recuperar la juventud perdida.
Factores como la ansiedad, la soledad, las fobias y el estrés, junto con la depresión y los problemas para dormir, pueden minar la confianza en uno mismo y generar sensaciones de fracaso o exclusión.
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Según los hallazgos, la edad promedio en la que las personas tienden a experimentar esta crisis es a los 47.2 años en países desarrollados, mientras que en países en vías de desarrollo, como México, esta edad se sitúa en los 42.8 años.
Para muchos, este período está marcado por sentimientos de fracaso debido a metas no alcanzadas, estancamiento profesional, una visión más realista de la vida, mayores responsabilidades y problemas de salud.
Sin embargo, el estudio también arroja luz sobre un aspecto alentador: después de los 50 años, la felicidad tiende a recuperarse. Las personas comienzan a enfocarse en prioridades de vida diferentes y en actividades que les brindan un mayor sentido de bienestar, lo que sugiere que la crisis de la mediana edad puede ser superada con el tiempo y la perspectiva adecuada.