El Panorpa, más comúnmente conocido como el alacrán volador, es una criatura fascinante que despierta curiosidad y, a menudo, inquietud en aquellos que tienen la suerte de observarlo.
Su aspecto es peculiar: una cola similar a la de un escorpión, pero con la particularidad de contar con alas, lo cual le otorga un aura misteriosa y sorprendente.
A pesar de su apariencia amenazante, el aguijón del alacrán volador no es motivo de preocupación para los humanos, ya que carece de veneno. Este apéndice, exclusivo de los machos, cumple únicamente una función reproductiva, no alberga glándulas venenosas ni representa un riesgo para la salud humana.
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Aunque su presencia es más notable en regiones como Alabama, Texas, Kansas y Missouri en los Estados Unidos, también se han avistado ejemplares en los estados del norte de México.
Conocido también como "Nuptialis de Panorpa", este peculiar insecto suele encontrarse en bosques húmedos, donde la vegetación es exuberante y el agua está cercana. Su hábitat predilecto refleja su preferencia por ambientes con alta humedad, lo que contribuye a su supervivencia y reproducción.
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Sin embargo, a pesar de su tamaño potencial de hasta 20 cm, la población de alacranes voladores es escasa en sus hábitats naturales. Su presencia se ve limitada por la baja densidad de individuos, y aunque su número parece disminuir con el tiempo, no se encuentran oficialmente en la lista de animales en peligro de extinción.