Las semillas de chía son un alimento popular por sus numerosos beneficios para la salud, pero no son adecuadas para todos. Algunas personas deben limitar o evitar su consumo debido a posibles interacciones con medicamentos o condiciones médicas preexistentes.
Características de la chía
La chía es una semilla pequeña pero nutricionalmente poderosa, originaria de México y Guatemala. Su popularidad se ha extendido a nivel mundial gracias a su perfil nutricional excepcional.
Contiene una cantidad significativa de proteínas de alta calidad, lo que la convierte en una excelente opción para vegetarianos y veganos.
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Posee fuentes vegetales de ácidos grasos omega-3, conocidos por sus beneficios para el corazón y el cerebro.
Se puede comer con yogurt, o en licuados de fruta o también batidos de verduras. Se garegan también a los muffins, ensalada o incluso, el agua de sabor, entre otras cosas más… Entonces, ¿por qué podría hacer daño?
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Contraindicaciones
La fibra contenida en la chía puede causar molestias digestivas como hinchazón, gases o diarrea en personas con sensibilidad a la fibra o con trastornos digestivos preexistentes.
Si estás tomando medicamentos anticoagulantes (como warfarina), el consumo excesivo de esta semilla podría aumentar el riesgo de sangrado. Es fundamental consultar a tu médico antes de incorporarlas a tu dieta.
Aunque las semillas de chía pueden ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre, su consumo excesivo podría interactuar con los medicamentos para la diabetes y causar hipoglucemia.
Si ya tienes la presión arterial baja, es recomendable consultar a tu médico antes de consumirlas regularmente.
¿Qué hacer al respecto?
Si decides consumir semillas de chía, comienza con pequeñas cantidades y aumenta gradualmente para evaluar tu tolerancia, ya que algunas personas pueden ser alérgicas.