En los últimos meses, en la ciudad de Chihuahua, se han decomisado grandes cantidades de bebidas alcohólicas, incluidas cervezas, que estaban caducas o adulteradas. Estas bebidas, aparentemente introducidas desde el Estado de Coahuila, se han encontrado en cadenas de chelerias y expendios. Por ello, es esencial saber cómo reconocer una cerveza adulterada y evitar consumirla.
Una bebida alcohólica adulterada contiene sustancias químicas dañinas para el organismo, pero muchas veces es difícil diferenciarlas de las versiones originales. Cuando una cerveza ha sido adulterada puede provocar intoxicaciones, por ello, la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC) ha emitido alertas sobre este tema.
¿Cómo identificar si una cerveza está adulterada?
Para evitar el consumo de cervezas adulteradas, es importante prestar atención a varios factores. Estos son algunos puntos clave para detectar si una bebida no es segura:
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- Precio excesivamente bajo: si el precio de la cerveza es mucho más bajo de lo habitual, podría ser una señal de que no es un producto original o está adulterado.
- Marca desconocida: es preferible evitar marcas que no sean reconocidas o que no cumplan con las normativas de etiquetado obligatorias.
- Etiqueta incompleta: revisa siempre que la cerveza cuente con toda la información requerida, como el porcentaje de contenido alcohólico, símbolos de prohibición, fecha de consumo preferente, lote, y el nombre o razón social del productor.
- Sabor extraño o apariencia rara: si el sabor, olor o apariencia de la cerveza no te resulta familiar o tiene características extrañas, es mejor no consumirla y reportar el producto.
Si una persona presenta síntomas de intoxicación, como dolor de cabeza, náuseas o visión borrosa tras consumir alcohol, la recomendación es buscar atención médica de inmediato. Mantenerse informado y prestar atención a estos detalles puede evitar graves consecuencias para la salud.
La adulteración, falsificación, contaminación o alteración de alimentos, bebidas no alcohólicas u otros productos destinados al consumo humano es considerada un delito grave en México. Las sanciones para quienes cometen este tipo de acciones pueden ir desde seis meses hasta nueve años de prisión, dependiendo de la gravedad del hecho.