SALUD

Alerta UNAM sobre incremento en casos de infertilidad

La investigadora Claudia Treviño, explicó que analizan el espermatozoide, a fin de entender cómo funciona esta célula.

Créditos: Pexels.
Por
Escrito en TENDENCIAS el

La alimentación, exposición a contaminantes y estrés, son factores que están teniendo un impacto en los casos de infertilidad, aseguró Claudia Treviño, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM.

Detalló que el estilo de vida impacta en la producción de espermatozoides, por lo que es necesario investigar más sobre como funcionan para atender este problema de salud y también a desarrollar anticonceptivos masculinos.

“Alrededor del 15 por ciento de las parejas experimentan problemas de infertilidad, que se define la incapacidad de concebir de forma natural después de un año de relaciones sexuales sin protección, este número lamentablemente va en aumento”.

Este año, la Organización Mundial de la Salud publicó un informe en el cual señala que uno de cada seis adultos, cerca de 17.5 por ciento, padece infertilidad en algún momento de su vida. Por ello, es urgente facilitar aún más el acceso a los servicios médicos.

En este sentido, la investigadora Claudia Treviño, explicó que analizan el espermatozoide, a fin de entender cómo funciona esta célula, en el laboratorio se trabajan con tres modelos: espermatozoides de erizo de mar, de ratones y de humanos.

“Estudiamos cómo nada el espermatozoide, cómo sobrevive en el tracto genital femenino porque tiene que hacerlo por muchas horas o días, pareciera que es algo muy fácil, pero cuando uno lo estudia y lo analiza es un proceso complicado”, mencionó. 

Y es que un espermatozoide recién eyaculado no tiene capacidad de fecundar, incluso si in vitro se le pusiera cerca del ovocito, pues requiere pasar un tiempo dentro del tracto reproductor femenino para que ocurra la capacitación que permite la fecundación.

El tiempo que dura la capacitación varía dependiendo de la especie, en ratones se calcula que tarda aproximadamente 90 minutos; en el humano de cinco a seis horas, pero podría prolongarse hasta 24 horas.