Las alergias primaverales son un conjunto de padecimientos que en lo individual son bastante comunes, pero esta época del año parece acentuarlas más de lo normal.
Como tal, una alergia es una afección en la que el sistema inmunológico reacciona de forma anormal frente a una sustancia extraña.
Las alergias primaverales son causadas por el polen de los árboles y del césped, provocando síntomas como:
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- Estornudos.
- Congestión o secreción nasal.
- Membranas mucosas inflamadas.
- Lagrimeo en los ojos.
- Dificultad para respirar, tos y zumbidos: A este conjunto de síntomas se le conoce como asma polínico.
No sólo perjudican las vías respiratorias, sino que además, irritan los ojos, causando la llamada conjuntivitis alérgica (una inflamación que afecta a la conjuntiva, la membrana mucosa fina y transparente que cubre la parte interna del párpado y la superficie anterior del globo ocular).
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¿Una alergia tiene cura?
De acuerdo con los laboratorios Normon de España, el origen de una alergia no está en el elemento que la produce, sino en el individuo que la padece.
Este término fue acuñado en 1906 por el Doctor Clemens von Pirquet—un científico y pediatra austriaco mejor conocido por sus contribuciones a los campos de la bacteriología y la inmunología—.
Como tal, no hay cura para alergias, ya que son estacionales o crónicas, es decir, cuando las padecemos podemos tomar medicamentos en lo que pasamos esa faceta.
Los alergólogos disponen de tratamientos eficaces para controlar los síntomas, evitar la evolución de la enfermedad e incluso disminuir la sensibilización existente.
Recomendaciones para evitar las alergias de la primavera
Exponerse al polen lo menos posible, darse una ducha al volver de la calle a casa, tender la ropa en el interior, mantener cerradas las ventanas del hogar y usar gafas de sol con protección lateral, son algunas recomendaciones del ‘decálogo antialérgico’ de General Óptica, ante las alergias primaverales.
Con información de EFE.