El lavado de los alimentos es una práctica común para quienes realizan labores de cocina; sin embargo, expertos recomiendan no hacerlo con productos como el pollo y la carne debido a que podría ser perjudicial para la salud.
Los especialistas de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, hallaron que este hábito no necesariamente eliminaría por completo las bacterias dañinas para los seres humanos.
¿Por qué no lavar el pollo?
La agencia estadounidense recomienda no enjuagar las carnes o aves crudas antes de cocinarlas, pues podría ocasionar una intoxicación alimentaria.
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Explicó que con frecuencia el pollo crudo está contaminado con bacterias como Campylobacter, Salmonella y Clostridium perfringens.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EU, informó que estas bacterias pueden generar enfermedades graves que pueden conducir a la hospitalización o en casos severos, a la muerte.
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Los tres microorganismos causan infecciones en el tracto gastrointestinal y provocan diarrea acompañada de calambres estomacales.
En el caso de la Salmonella y Campylobacter además generan fiebre, náuseas, vomito y sangrado durante la excreción de heces.
¿Cómo desinfectar el pollo?
Los expertos señalaron que si bien las personas suelen recuperarse de las tres infecciones sin necesidad de un tratamiento, también hay casos en que se desarrollan enfermedades más graves y complicaciones importantes.
Añadieron que lavar o enjuagar el pollo realmente no logra la eliminación de las bacterias, pese a descartar la suciedad aparente.
En cambio propicia la propagación de los microorganismos en las áreas circundantes al sitio en que se lavó el producto y en los utensilios de cocina, los cuales serían los responsables del riesgo de intoxicación alimentaria por la inadecuada limpieza y desinfección.
La agencia aseguró que para eliminar las bacterias es suficiente con el mismo calor del proceso de cocción del pollo, permitiendo un apropiado proceso de descontaminación de los productos, listos para el consumo sin riesgo de contraer enfermedades.