Los gatos Carey, también conocidos como gatos tricolor o calicós, son felinos que poseen un pelaje único con manchas de color negro, naranja y blanco. Más allá de su llamativa apariencia, estos gatos están envueltos en diversas leyendas y curiosidades que han perdurado a lo largo de la historia.
Leyenda del Sol y la Luna
Una de las leyendas más populares sobre los gatos Carey se origina en la mitología celta. Se cuenta que el Sol, cansado de su rutina celestial, anhelaba descender a la Tierra y experimentar la vida entre los mortales.
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Para lograr su deseo, solicitó a la Luna que lo reemplazara en el cielo por un día. La Luna, conmovida por la petición del Sol, aceptó, pero solo bajo la condición de que su ausencia fuera breve.
Al descender a la Tierra, el Sol se transformó en un hermoso gato Carey. Durante su día de libertad, recorrió bosques, campos y aldeas, disfrutando de las maravillas del mundo terrenal. Sin embargo, al caer la noche, la Luna le recordó su compromiso y el Sol debió regresar a su puesto en el cielo.
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Como muestra de agradecimiento por su colaboración, el Sol otorgó a los gatos Carey un pelaje que reflejaba su propia esencia: la calidez del fuego (naranja), la pureza de la luz (blanco) y la profundidad de la noche (negro). Desde entonces, se dice que los gatos Carey son portadores de la buena suerte y la prosperidad, pues llevan consigo la esencia del Sol y la Luna.
Características y curiosidades del gato Carey
La distribución de sus colores se debe a la presencia de dos cromosomas X, característica que los hace predominantemente hembras.
La personalidad de los gatos Carey es diversa y llena de matices. Son conocidos por su inteligencia, astucia y capacidad de adaptación.
En Japón, por ejemplo, se les llama "maneki-neko", que significa "gato que invita", y se les ubican en las entradas de negocios y hogares para atraer la fortuna.
Los gatos Carey son un regalo de la naturaleza, y puede que la leyenda detrás de ellos te dé ganas de adoptar a uno para que se un nuevo integrante de la familia.