El cosmos acaba de regalarnos un espectáculo extraordinario, pues el cometa interestelar 3I/ATLAS, un objeto del tamaño de la isla de Manhattan, está mostrando un comportamiento tan inusual que ha desconcertado a los astrónomos. Nuevas observaciones revelan que este viajero proveniente de otra estrella no solo desarrolla una cola y una coma (una nube de gas y polvo que se forma alrededor de su núcleo helado) más prominentes conforme se acerca al Sol, sino que además cambia de color, pasando de rojo a verde en cuestión de semanas.
Un “encendido” cósmico: de rojo a verde en pocos días
De acuerdo con el Observatorio Europeo Austral, este cambio responde a un aumento repentino en la liberación de cianuro y níquel, lo que provoca que el cometa emita distintos tonos de luz. Los científicos han descrito este proceso como algo “anómalo”, sugiriendo que parece que “algo se ha encendido” en el objeto.
El fenómeno fue captado el pasado 27 de agosto gracias al Espectrógrafo Multiobjeto Gemini (GMOS) en Gemini Sur, ubicado en Cerro Pachón, Chile.
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Las imágenes muestran una enorme nube de gas y polvo —la coma— y una cola que apunta en dirección opuesta al Sol, más extensa que en registros anteriores, lo que confirma que el cometa se vuelve más activo conforme avanza por el sistema solar interior.
El tercer objeto interestelar detectado
El 3I/ATLAS es solo el tercer cometa interestelar identificado en la historia, descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS de la NASA (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System). Su hallazgo ha despertado gran interés porque, a diferencia de los cometas locales, proviene de otro sistema estelar.
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Investigadores de la Michigan State University (MSU) hallaron evidencia de su presencia incluso meses antes de su identificación oficial, gracias a imágenes del satélite TESS de la NASA. Esto sugiere que el objeto ya estaba activo desde mayo, escondido entre las estrellas y demasiado débil para ser visible.
Una ventana única hacia otros sistemas solares
Según la astrónoma Adina Feinstein, de la MSU, cada objeto interestelar es una oportunidad irrepetible: “Hemos detectado muy pocos objetos interestelares en nuestro sistema solar, y cada uno parece ser único. 3I/ATLAS nos brinda la oportunidad de estudiar otros sistemas solares de cerca, sin necesidad de visitarlos”.
El análisis de su espectro —la descomposición de la luz que emite— permitirá conocer su composición y química, y compararlas con los cometas nativos de nuestro sistema. Así, 3I/ATLAS no solo es un visitante fugaz, sino también una ventana natural para entender cómo se forman los planetas alrededor de otras estrellas.
El cometa será visible solo durante unos meses antes de alejarse para siempre del alcance incluso de los telescopios más potentes. Por ello, científicos de todo el mundo trabajan a un ritmo acelerado, publicando hallazgos casi a diario.
En definitiva, 3I/ATLAS es un recordatorio de lo vasto y diverso que es el universo, y de cómo cada visitante interestelar puede traer consigo claves para entender nuestro propio origen cósmico.
