Durante décadas, el cúmulo de Perseo, una colosal agrupación de galaxias ubicada a 240 millones de años luz de la Tierra, fue considerado un "buen chico" del cosmos: estable, tranquilo, sin señales evidentes de violencia cósmica. Pero un nuevo estudio acaba de darle un giro inesperado a esa historia.
Astrónomos han encontrado evidencia directa de una antigua colisión cósmica que transformó para siempre la estructura del cúmulo. Y todo gracias a una masa gigante de materia oscura que, hasta ahora, se había mantenido oculta.
Una colisión olvidada que dejó huella en el universo
¿Cómo rastrear algo que no emite luz ni puede verse con telescopios convencionales? La clave fue el fenómeno conocido como lente gravitacional: una técnica que aprovecha cómo la gravedad de objetos extremadamente masivos curva la luz de galaxias más lejanas.
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Usando datos del Hyper Suprime-Cam del Telescopio Subaru en Hawái, los científicos mapearon la distribución de materia oscura alrededor del cúmulo. Fue así como detectaron una masa de 200 billones de soles —sí, billones— ubicada a unos 1.4 millones de años luz del núcleo del cúmulo de Perseo.
Pero eso no fue todo: esta masa estaba unida al cúmulo por un tenue "puente" de materia oscura, como si aún compartieran un lazo invisible tras una intensa interacción gravitacional.
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La pieza que faltaba en un rompecabezas galáctico
Simulaciones numéricas revelaron que esta estructura de materia oscura probablemente colisionó con el cúmulo de Perseo hace unos cinco mil millones de años. Esa fusión titánica dejó cicatrices que, aunque sutiles, aún modelan la forma del cúmulo: gas en espiral, formas extrañas y una distribución de materia no tan “relajada” como se pensaba.
"Esta es la pieza que faltaba y que buscábamos", afirmó el Dr. James Jee, autor del estudio publicado en Nature Astronomy. Su colega, el Dr. HyeongHan Kim, fue más allá: "Se necesitó valentía para desafiar el consenso general, pero los datos recientes lo confirman. Tuvimos razón".
Este hallazgo no solo resuelve un antiguo misterio, sino que demuestra el impresionante potencial de las lentes gravitacionales como herramienta científica. Al combinar datos ultraprofundos y técnicas avanzadas de análisis, los astrónomos están empezando a revelar la historia oculta detrás de las estructuras más masivas del universo.