¡Marte vuelve a sorprendernos! Esta vez, el protagonista es el rover Perseverance, que en su incansable exploración del cráter Jezero ha detectado un fenómeno inesperado: una roca cubierta por cientos de esferas milimétricas de tonalidad gris oscuro. Este hallazgo, aparentemente simple, ha sacudido al equipo científico de la NASA y abre una serie de preguntas clave sobre el pasado geológico del planeta rojo.
¿Qué encontró exactamente el Perseverance en Marte?
El descubrimiento se dio en un paraje llamado Broom Point, una zona rocosa ubicada en las laderas inferiores de Witch Hazel Hill. Desde la órbita, se habían detectado bandas de colores claros y oscuros, y fue al analizar uno de estos estratos que el rover encontró algo insólito. La roca, nombrada St. Pauls Bay, mostraba una textura casi alienígena: esferas de pocos milímetros de diámetro, algunas alargadas, otras fracturadas o con pequeños orificios.
Estas estructuras no son nuevas en Marte, pero su diversidad y contexto actual sí lo son. En 2004, el rover Opportunity descubrió las famosas “arándanos marcianos” en Meridiani Planum. Más tarde, el rover Curiosity observó esferas similares en el cráter Gale. Incluso el propio Perseverance había detectado texturas esferoidales en otras zonas del cráter Jezero, como las formaciones con apariencia de “palomitas de maíz”.
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¿De dónde vienen estas esferas marcianas?
La gran pregunta que se hacen los científicos es: ¿qué proceso geológico pudo haber formado estas microesferas? Existen varias hipótesis posibles, cada una con implicaciones muy distintas para el pasado de Marte:
- Concreciones formadas por agua subterránea: Estas estructuras podrían haber surgido por la precipitación de minerales a partir de agua que circulaba por los poros de las rocas. Esta teoría es clave porque implicaría la existencia prolongada de agua líquida, uno de los elementos esenciales para la vida tal como la conocemos.
- Actividad volcánica: En la Tierra, esferas similares pueden formarse cuando gotas de roca fundida se enfrían rápidamente tras una erupción. Si este fuera el caso en Marte, reforzaría la evidencia de un pasado volcánicamente activo.
- Impacto de meteoritos: Otra posibilidad fascinante es que las esferas sean el resultado del choque de un meteorito, que habría vaporizado roca y generado estas esferas como subproducto del enfriamiento del material eyectado.
Cada una de estas hipótesis representa una narrativa distinta sobre la evolución geológica de Marte, por lo que definir el origen exacto de las esferas de St. Pauls Bay es crucial.
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El enigma de la “roca flotante”
Hay otro elemento que complica la historia: la roca no se encontraba en su lugar original. Los geólogos usan el término “roca flotante” para describir formaciones que han sido desplazadas de su estrato natural, esto significa que el contexto geológico exacto de St. Pauls Bay aún no está claro, y el equipo científico deberá rastrear pistas en las capas circundantes para tratar de vincularla con las formaciones más amplias observadas desde la órbita.
Según Alex Jones, investigador del Imperial College de Londres y colaborador del instrumento Mastcam-Z, colocar estas texturas dentro de un contexto geológico claro será esencial para comprender su verdadero significado. Por ahora, los indicios apuntan a una posible conexión con las capas de tonos oscuros detectadas anteriormente, pero aún falta confirmarlo.
