El cometa 3I/ATLAS, procedente de un sistema estelar desconocido, ha captado la atención de astrónomos de todo el mundo tras un súbito aumento de brillo y un cambio de color nunca antes visto.
El fenómeno, observado mientras alcanzaba su punto más cercano al Sol, ha encendido las alarmas entre investigadores que estudian su origen y composición, al tratarse de uno de los pocos objetos interestelares que han atravesado nuestro sistema solar.
El misterioso cometa interestelar ha generado desconcierto entre la comunidad científica por su repentino incremento de brillo y un cambio de color que desafía las explicaciones tradicionales. El fenómeno, registrado cuando el 3I/ATLAS alcanzó su punto más cercano al Sol, fue documentado por astrónomos en un reciente artículo publicado en el archivo especializado arXiv.
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A medida que el objeto se aproximaba a su perihelio, observatorios solares espaciales siguieron su trayectoria para analizar la explosión de luminosidad que lo convirtió en uno de los cometas más brillantes jamás detectados. Su resplandor aumentó de forma drástica y adoptó un tono azul intenso, algo inédito en este tipo de cuerpos celestes, que suelen reflejar tonalidades rojizas por el polvo solar.
Los investigadores sostienen que este comportamiento podría deberse a una emisión masiva de gas originada por el calor extremo del Sol. La luz azul, explican, se asocia con moléculas de carbono que se iluminan al calentarse, generando un efecto visual tan intenso que llegó a opacar el polvo del cometa.
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¿Por qué el 3I/ATLAS intriga tanto a los astrónomos?
El 3I/ATLAS es solo el tercer cometa interestelar confirmado que ha pasado por nuestro sistema solar, lo que lo convierte en una oportunidad única para estudiar materiales provenientes de otros sistemas estelares. Sin embargo, su composición química parece muy diferente a la de los cometas locales: presenta altos niveles de dióxido de carbono, hielos más volátiles y metales inusuales.
De acuerdo con Avi Loeb, astrofísico de la Universidad de Harvard, estas características podrían implicar que el 3I/ATLAS “no se formó en un entorno como el nuestro” y que “podría contener pistas sobre la estructura y evolución de otros sistemas planetarios”.
Los científicos continúan observando su trayectoria mientras se aleja del Sol. Si el aumento de brillo se debió a una fractura interna o a una erupción de gases, podría desintegrarse parcialmente en los próximos días, ofreciendo más respuestas sobre su naturaleza.
El cometa 3I/ATLAS permanecerá visible a través de telescopios durante las próximas semanas, recordando a los astrónomos que aún hay mucho por descubrir más allá de los límites del sistema solar.
