Detectan por primera vez una poderosa explosión estelar que podría destruir atmósferas planetarias

El descubrimiento tiene profundas implicaciones para la astrobiología. La mayoría de los planetas descubiertos en la Vía Láctea orbitan enanas rojas, pero si estas estrellas son tan violentas como parece, sus planetas podrían perder su atmósfera.

Very Large Telescope (VLT) de ESO, muestra una galaxia verdaderamente notable, conocida como NGC 3621.
Very Large Telescope (VLT) de ESO, muestra una galaxia verdaderamente notable, conocida como NGC 3621.Créditos: eso.org
Escrito en TENDENCIAS el

Durante décadas, los astrónomos habían buscado una prueba clara de que las estrellas, al igual que el Sol, pueden lanzar al espacio violentas erupciones de material. Hoy, ese misterio acaba de resolverse: por primera vez, un equipo internacional logró detectar una eyección de masa coronal (EMC) proveniente de otra estrella, un fenómeno tan potente que podría borrar la atmósfera de cualquier planeta que se cruce en su camino.

El hallazgo, confirmado por el observatorio espacial XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el radiotelescopio LOFAR, marca un antes y un después en la astronomía moderna. La investigación, publicada en la revista Nature, fue liderada por Joe Callingham, del Instituto Neerlandés de Radioastronomía (ASTRON).

¿Qué es una eyección de masa coronal y por qué es tan peligrosa?

Las eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) son gigantescas explosiones de plasma y campos magnéticos que el Sol lanza regularmente al espacio. En la Tierra, estos eventos pueden generar auroras espectaculares, pero también afectar satélites, comunicaciones y redes eléctricas.

Hasta ahora, nunca se había comprobado de forma concluyente que otras estrellas produjeran explosiones similares. Pero el nuevo estudio demuestra que sí, y que pueden ser incluso más intensas.

Según Callingham, la señal registrada no dejaba lugar a dudas: “Este tipo de ráfaga de radio solo puede producirse si el material ha escapado por completo del campo magnético de la estrella. Es la firma inequívoca de una EMC”.

La estrella responsable: una enana roja con un magnetismo 300 veces mayor que el del Sol

El fenómeno se originó en una enana roja situada a unos 40 años luz de la Tierra, una distancia pequeña en términos cósmicos. Este tipo de estrellas son frías, pequeñas y muy activas magnéticamente. De hecho, la estrella observada tiene la mitad de la masa del Sol, rota 20 veces más rápido y posee un campo magnético 300 veces más fuerte.

Los investigadores calcularon que la EMC se desplazaba a 2,400 kilómetros por segundo, una velocidad excepcional que solo se observa en un 5 % de las explosiones solares. Su potencia sería suficiente para arrancar por completo la atmósfera de cualquier planeta cercano, condenándolo a ser una roca desnuda e inhabitable.

Tecnología espacial al servicio del descubrimiento

El logro fue posible gracias a una combinación inédita de instrumentos. El radiotelescopio LOFAR (Low Frequency Array) detectó la señal de radio gracias a técnicas de análisis desarrolladas en el Observatorio de París-PSL, mientras que el telescopio XMM-Newton permitió medir la temperatura, la rotación y la emisión de rayos X de la estrella.

“Sin la sensibilidad de LOFAR y los datos de rayos X del XMM-Newton, habría sido imposible entender la naturaleza de la explosión”, explicó David Konijn, coautor del estudio.

¿Qué significa este hallazgo para la búsqueda de vida en otros mundos?

El descubrimiento tiene profundas implicaciones para la astrobiología. La mayoría de los planetas descubiertos en la Vía Láctea orbitan enanas rojas, pero si estas estrellas son tan violentas como parece, sus planetas podrían perder su atmósfera y, con ella, cualquier posibilidad de albergar vida.