Así se ve el anticiclón más grande del sistema solar, según el James Webb

Las observaciones realizadas de Júpiter implicaron un desafío especial para los científicos

La Gran Mancha Roja de Júpiter.
La Gran Mancha Roja de Júpiter.Créditos: NASA
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El Telescopio Espacial James Webb permitió que un grupo internacional de astrónomos examinara nuevos detalles relacionados con la Gran Mancha Roja de Júpiter. 

La Universidad de Leicester, en Reino Unidos, explicó que las nuevas vistas del vórtice giratorio de la famosa mancha se dieron gracias al instrumento, empleado para observar profundamente el corazón del anticiclón más grande del Sistema Solar. 

Las imágenes se captaron con el instrumento MIRI del James Webb, y en el proceso de desarrollo del instrumento participaron los científicos e ingenieros de la universidad. 

¿Cómo se ve el anticiclón más grande del sistema solar, captado por el James Webb?

La Universidad precisa que los mapas de MIRI se tomaron en 2022, los cuales fueron superpuestos a los captados por el Telescopio Espacial Hubble, y por aficionados. 

Estos muestran las capacidades de MIRI para medir contrastes térmicos y de nubes en todo el vórtice; mientras que con el Hubble se obtenían imágenes en luz visible, no se podía diagnosticar la composición química y la temperatura que tiene la Gran Mancha Roja.

Es para ello que se emplearon las nuevas capacidades infrarrojas del Jema Webb, y con la combinación de las mediciones de viento del Hubble, se pudieron realzar mediciones directas de los vientos en tres dimensiones, desde las capas de nubes agitadas, hasta la capa de neblina suprayacente.

“Esta es la primera vez que vemos una irregularidad dentro de la Gran Mancha Roja en estas longitudes de onda, lo que indica diferencias en el espesor de las nubes: se puede ver un anillo interno más oscuro en el centro de la GRS", dijo Jake Harkett, estudiante de doctorado en la Escuela de Física y Astronomía y autor principal del nuevo trabajo.

Mapas de la Gran Mancha Roja de Júpiter. NASA / ESA

Los expertos de la universidad indicaron que al observar la atmósfera de Júpiter dos veces, con una diferencia de 10 horas, empleando el Hubble y el James Webb, se pueden rastrear las velocidades del viento en el borde del vórtice.

El Hubble detectó las nubes más profundas, con velocidades del viento de hasta 150 m/s, pero con el instrumento NIRCAM del James Webb, se obtuvo una medición de 50-70 m/s en la troposfera superior.

El profesor Leigh Fletcher, el investigador principal de estas observaciones de Júpiter realizadas con el MIRI, explicó que al modelar los espectros, se puede ver que los aerosoles y el gas fosfina se enriquecen en el interior del vórtice, y los aerosoles se elevan hasta grandes altitudes.

Por su parte, la fosfina podría desempeñar un papel en la generación de los tonos rojizos. 

“Lo que no podemos ver es lo que ocurre más abajo, debajo de estas nubes superiores; eso es algo que solo la misión Juno o las observaciones terrestres en el rango de centímetros pueden hacer realmente. El JWST solo ve la punta del iceberg”, añadió.

Las observaciones realizadas de Júpiter implicaron un desafío especial para los científicos. Júpiter es uno de los objetivos más brillantes del Telescopio Espacial James Web, y requirió del desarrollo de nuevos algoritmos y técnicas personalizadas por un par de años, para superar el problema de la saturación de datos.