Los drones son un vehículo aéreo no tripulado, capaz de mantener de manera autónoma un nivel de vuelo controlado y sostenido. El sistema se compone del aparato volador equipado con una cámara y un control en tierra desde el que un piloto comanda el vuelo de la máquina, pero ¿son malos?
Su versatilidad y facilidad para desplazarse en terrenos irregulares los hace ideales en diferentes operaciones, desde misiones de rescate a localizaciones arqueológicas o supervisión de obras de infraestructuras. Además, su autonomía, economía de costos y potencia, los convierte en un instrumento imprescindible para la seguridad pública o incluso como arma de defensa.
¿Cuál es la parte desfavorable de los drones?
El desarrollo e implantación generalizada de su uso, plantea dudas de seguridad y éticas. El problema de lo primero está relacionado con su utilización fraudulenta en acciones delictivas, que pueden tener su derivada más letal en acciones terroristas o criminales.
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Por otra parte, los ciudadanos se enfrentan a la amenaza en su privacidad. Ataques a la intimidad de las personas que pueden llegar del uso indiscriminado de estos aparatos sin el control o la regulación legal suficiente.
Además, el vuelo de un número cada día mayor de drones sobre el cielo de ciudades representa un problema para la seguridad de sus pobladores, y exige una férrea normativa que evite accidentes indeseados.
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Pero quizás el escenario más terrorífico sea su aplicación en el campo militar. Un uso que nos lleva a mundos distópicos, donde vehículos no tripulados alcanzan la autonomía suficiente para convertirse en soldados con capacidad para tomar sus propias decisiones. Tropas de alta eficiencia capaces de decidir sobre la vida y la muerte sin intervención humana y a un coste moral y económico para los estados mucho más bajo que la vida de soldados humanos.
Por eso, la importancia de crear reglas para sobrevolarlos.
Sin duda alguna, los drones requieren una regulación de uso, pues la tecnología está alcanzando niveles interesantes, pero a la vez preocupantes.