El tránsito vehicular es la fuente más grave del ruido ambiental y es un problema que se incrementa en forma cotidiana en el Valle de México, advirtió el profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Fausto Eduardo Rodríguez Manzo.
Este fenómeno puede ocasionar daños físicos y mentales, e incluso pérdida del oído y generación de estrés, al grado tal que podría provocar un infarto, manifestó el académico, en el marco de la presentación del libro “Ruido y cuidado. El problema de contaminación que afecta severamente la calidad de vida de nuestras ciudades”.
El especialista especificó que en segundo lugar se ubica la circulación aérea, seguida por los trenes de carga y la actividad industrial, que en conjunto configuran apenas una parte del gran trastorno acústico que incide en materia urbana, medio ambiental y de salud pública, reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El gobierno y los ciudadanos debemos procurar una convivencia mucho más sana, ya que la calidad de vida depende de la sensibilización y la toma de conciencia en torno a este tema, que podría resolverse con campañas permanentes, sobre todo en las escuelas, para impulsar la idea de urbes sin ruido”, comentó.