Un nuevo estudio desarrollado por la Universidad Estatal de Pensilvania y el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA plantea un escenario intrigante: si existen civilizaciones extraterrestres, podrían estar recibiendo las señales que la humanidad envía a sus sondas y naves espaciales en el sistema solar. Esto dice la investigación de la institución.
La investigación, publicada en la revista Astrophysical Journal Letters, analizó las comunicaciones emitidas desde la Red de Espacio Profundo, el sistema global de antenas que conecta a la NASA con misiones icónicas como la sonda New Horizons, que viaja más allá de Plutón, o el telescopio espacial James Webb, pieza clave en la observación del universo.
¿Cuáles son las señales que alerta la NASA?
De acuerdo con los científicos, la mayoría de estas transmisiones se enfocan en planetas como Marte, considerado un objetivo central para la exploración espacial. Sin embargo, en determinadas configuraciones orbitales, las ondas de radio no se limitan al trayecto Tierra–planeta, sino que parte de esa energía “se desborda” hacia el espacio exterior.
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El equipo descubrió que este efecto puede ser perceptible a distancias de hasta 23 años luz de nuestro planeta. Dicho alcance es suficiente para que, si una civilización avanzada se encontrara en un sistema estelar cercano, tuviera la posibilidad de captar nuestras emisiones tecnológicas.
Implicaciones para la búsqueda de vida inteligente
El hallazgo no se limita a un aspecto teórico. Los especialistas sostienen que esta información podría transformar la manera en que se diseñan las estrategias de búsqueda de inteligencia extraterrestre, conocidas como SETI por sus siglas en inglés.
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En lugar de observar aleatoriamente en distintas direcciones del universo, los astrónomos podrían concentrarse en exoplanetas que, desde nuestra perspectiva, se alinean con su estrella anfitriona.
Según los investigadores, esas posiciones ofrecen una mayor probabilidad de que civilizaciones lejanas detecten señales similares a las nuestras, y a la vez aumentan las posibilidades de que nosotros podamos captar emisiones provenientes de ellas.
Los expertos también advirtieron que, a medida que la exploración humana se intensifique en el sistema solar, la huella de nuestras transmisiones será cada vez más amplia. Cada nueva misión, ya sea un satélite, una sonda o un robot explorador, requiere de comunicaciones constantes con la Tierra.
Mientras tanto, los astrónomos seguirán perfeccionando sus métodos de búsqueda ante la nueva investigación de la NASA sobre los aliens, conscientes de que, en algún punto de los 23 años luz que rodean a la Tierra, podría haber alguien escuchando.
