La freidora de aire se ha consolidado como un electrodoméstico esencial en muchas cocinas, gracias a su capacidad para reducir el consumo de aceite y, por ende, contribuir a una alimentación más saludable.
Este aparato funciona mediante un proceso de circulación de aire caliente que logra que los alimentos queden crujientes, imitando la textura de una fritura tradicional con una cantidad mínima de aceite. Además, algunas freidoras de aire también tienen la función de hornear, lo que aumenta su versatilidad en la cocina.
Sin embargo, es crucial utilizarla correctamente para asegurar su buen funcionamiento y evitar posibles daños. Si eres de los que suelen utilizar papel aluminio, compran alimentos en recipientes o prefieren cocinar en refractarios de vidrio, es importante que conozcas qué no debes meter en la freidora de aire.
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¿Qué no se pueden meter a una freidora de aire?
Cada marca de freidora de aire proporciona un manual de uso con sus productos, el cual debe ser consultado antes de comenzar a cocinar. Este instructivo detalla las recomendaciones y restricciones para el uso adecuado del aparato.
Sin embargo, en la práctica, muchos de nosotros no solemos tomarnos el tiempo para leer estas indicaciones. ¡No te preocupes! Utilizar la freidora de aire es bastante sencillo, pero es crucial prestar atención a los tipos de alimentos y recipientes que se pueden utilizar.
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Una freidora de aire pueden cocinar frituras, carnes rojas, productos lácteos, pescados, mariscos, frutas, verduras, y también se puede hornear pan o galletas.
Sin embargo, no se recomienda cocinar sopas, caldos, cremas, frijoles u otros alimentos con alto contenido de humedad, ya que estos no son adecuados para este tipo de aparato.
No se deben introducir en la freidora de aire elementos como papel aluminio, toallas absorbentes y recipientes de plástico, ya que pueden deformarse o liberar sustancias tóxicas.
Por otro lado, los materiales que sí son aptos incluyen moldes de silicona, papel para hornear, y recipientes de vidrio, cerámica o porcelana. Aunque pueda parecer tedioso, es altamente recomendable revisar el manual de tu freidora de aire, ya que los materiales compatibles y las recomendaciones específicas pueden variar según la marca, la capacidad y la potencia del aparato.