Ante el inicio de la temporada de lluvias y el aumento de casos de dengue en Nuevo León y el país, es crucial verificar si tu repelente ofrece la efectividad necesaria para evitar las picaduras del mosquito transmisor de esta enfermedad.
Es por eso que aquí te presentamos un estudio realizado por la Facultad de Ciencias Químicas (UNC) de la Universidad Nacional de Córdoba y publicado en marzo de 2024, en el que aborda la eficacia, durabilidad, seguridad y modo de empleo de repelentes para mosquitos con base en información científica.
¿Qué debe tener el repelente para ser efectivo?
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) establecen que los productos que contienen los siguientes ingredientes activos suelen proporcionar una protección razonablemente duradera:
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- DEET
- Icaridina o picaridina
- Aceite de eucalyptus citriodora, aceite de eucalipto limón (OLE por sus siglas en inglés) o PMD
- IR3535
- 2-undecanona
Y otros repelentes de protección menos duradera contienen:
- Aceite de Nepeta cataria (hierba gatera)
- Aceite de citronela.
La Agencia de Protección Ambiental cataloga como repelentes convencionales a los que contienen DEET e icaridina, mientras que los repelentes biopesticidas contienen activos como OLE, PMD, IR3535 y 2-undecanona, pues derivan de productos naturales o son versiones sintéticas de ellos.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte recomienda utilizar productos que contengan DEET, icaridina o IR35353.
En general, concentraciones más altas de ingredientes activos proporcionan una protección más duradera, independientemente del ingrediente activo.
En esta liga puedes consultar la lista completa de las marcas que contienen estos activos.