Durante toda su vida, una mujer de 59 años vivió sin experimentar miedo debido a una extraña condición en su amígdala.
Su caso fue diagnosticado y estudiado en el año 2010, cuando un grupo de científicos realizó un experimento para tratar de inducir este sentimiento en ella, sin éxito.
El caso fue dado a conocer por The Conversation este lunes, pues reveló que la paciente, identificada como S. M., llegó a una consulta médica porque desde temprana edad sufría crisis epilépticas agudas.
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Los médicos pensaron que se trataba de un tumor cerebral, pero al realizarle más estudios se percataron de que se trataba de una atrofia en la amígdala.
Además de las crisis epilépticas, esta rara condición ocasionaba que S.M. no pudiera sentir miedo.
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Los neurocientíficos Feinstein, Adolphs, Damasio y Tranel realizaron un experimento y trataron de producir este sentimiento mediante la exposición a serpientes y arañas vivas, películas de terror y hasta un recorrido por un hospital encantado.
Para su experimento, los científicos llevaron a la paciente a Waverly Hills Sanatorium, un antiguo hospital ubicado en Louisville, Kentucky, que es considerado como uno de los lugares más embrujados de Estados Unidos, pero recorrió el lugar sin sobresaltos.
Tampoco reaccionó a una selección de películas de terror, y cuando le presentaron arañas y serpientes vivas se mostró fascinada e intentó sostenerlas.
Lo extraño era que la paciente sí podía identificar en fotografías otro tipo de emociones en el rostro de las personas, pero no el miedo.
Incluso, parecía incapaz de crear una representación gráfica de este sentimiento, pues cuando los científicos le pidieron realizar un dibujo de lo que representaba para ella, S.M. dibujó un bebé gateando.
¿Cómo afecta esta enfermedad?
El padecimiento Urbach-Wiethe es una extraña enfermedad que induce la formación de depósitos de calcio en la amígdala, provocando una lesión de las células que conforman esta estructura cerebral.
El caso de S. M. ayudó a los científicos a localizar el lugar exacto de la amígdala en donde se produce el sentimiento del miedo.
En otros estudios practicados a la paciente encontraron que su inteligencia se encontraba en niveles normales y sus funciones cognitivas estaban bien preservadas, tampoco existían problemas motores ni sensoriales o perceptivos.
El principal deterioro que mostraba la paciente estaba relacionado con el procesamiento de la información emocional, pues la amígdala está supervisando constantemente la información que recibimos del entorno en busca de señales de peligro.