Los Ternurines han conquistado el mundo del internet por ser simpáticas y adorables figuras coleccionables de animales con rasgos humanos.
Pero, ¿Te has preguntado cuál es el origen de los famosos Ternurines y por qué se han vuelto una tendencia? Aquí te explicamos el detrás de estas tiernas figuras.
Este es el origen de los Ternurines
Estos famosos juguetes fueron creados en 1985 en Japón por la compañía Epoch, quienes se inspiraron en la combinación de animales con características humanas como su ropa, familia, casas de muñecas, entre otros objetos que los caracterizan.
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El nombre original de estos juguetes es Sylvanian Families, se inspira en la palabra "sylvan", que significa "en el bosque", en referencia al mundo de fantasía de Sylvania, donde viven, trabajan y juegan estas adorables criaturas.
La primera vez que llegaron al mercado de Estados Unidos y Canadá, el fabricante les cambió el nombre a Calico Critters, sin embargo en México, fueron bautizados como Ternurines por una marca local que los introdujo en la década de 1990.
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Los primeros ternurines estaban hechos de cerámica, sin embargo, por su poca resistencia, sus creadores decidieron implementar plástico y metal para que estos tuvieran una duración más larga.
¿Por qué se han vuelto virales Los Ternurines?
Estos pequeños animalitos han recobrado su popularidad en la era digital, gracias a las plataformas como Tiktok, donde los usuarios realizan parodias y cuentan historias con audios de la plataforma utilizado estas figuritas.
Además algunos usuarios han aprovechado para realizar “memes” con situaciones de la vida cotidiana que caracterizan a los adultos y jóvenes.
Inlcuso algunos influencers compartieron consejos en plataformas como TikTok para identificar un ternurín clon de los originales.
- El afelpado debe ser uniforme, incluyendo la parte de abajo de las patas.
- Las manos no tienen la forma para sujetar objetos, a diferencia de los clones.
- Deben tener el iris de los ojos marcados, aunque en ocasiones es difícil identificarlo.
Sin embargo, este fenómeno demuestra cómo los juguetes pueden trascender generaciones y seguir siendo relevantes en la cultura contemporánea.