El pan, alimento básico en la dieta de millones de personas alrededor del mundo, ha expandido sus horizontes con el uso de la masa madre; lejos de ser una simple técnica de fermentación, la masa madre se ha convertido en un tesoro culinario y un protagonista de la alimentación consciente por sus sorprendentes beneficios para la salud.
¿Qué es la masa madre?
La masa madre es una masa fermentada naturalmente por microorganismos, principalmente bacterias lácticas y levaduras salvajes. Estos microorganismos se cultivan en una mezcla de harina y agua, creando un ecosistema vivo que aporta al pan un sabor único, una textura crujiente y una mayor digestibilidad.
Beneficios de la masa madre para la salud
La fermentación natural de la masa madre descompone parte de los almidones de la harina, haciéndola más fácil de digerir. Esto la convierte en una opción ideal para personas con problemas digestivos como la intolerancia al gluten o la sensibilidad al mismo.
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La masa madre aumenta la biodisponibilidad de minerales como el calcio, el hierro y el zinc, lo que significa que el cuerpo los absorbe mejor. Además, la fermentación produce vitaminas B, como la niacina y la vitamina B6, que son esenciales para el metabolismo.
También reduce el índice glucémico del pan, lo que significa que libera azúcar en la sangre de manera más lenta. Esto es beneficioso para personas con diabetes o que buscan controlar sus niveles de azúcar en sangre.
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Los microorganismos presentes en la masa madre contribuyen a la salud de la microbiota intestinal, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la absorción de nutrientes.
La masa madre no se limita al pan. Su versatilidad permite utilizarla en una gran variedad de preparaciones como pizzas, pasteles, galletas, crepas y hasta waffles.