Desde hace algunos años la Real Academia Española, conocida como la RAE acordó por mayoría la eliminación de dos letras en el abecedario del idioma para simplificarlo, sin embargo las seguimos utilizando.
Fue en 1994, cuando la academia de la lengua dio a conocer que "se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z".
Entre las razones planteadas por los académicos está el hecho de que la ch y ll se trata de dos letras combinadas, y lo que se busca es facilitar la alfabetización, evitar confusiones con las palabras en caso de que tuvieran nombres compuestos, además de simplificar y unificar el abecedario español con el latino universal.
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El idioma español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.
¿Se puede seguir utilizando la ch y la ll?
La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de letras del abecedario no supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema gráfico del español.
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Estos signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico [chíko]) y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes yeístas, del fonema /y/ (calle [kálle, káye]).
La novedad consiste, simplemente, en que dejan de contarse entre las letras del abecedario.
Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente.
La decisión de adoptar el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde entonces en todas las obras académicas.
Así que no te preocupes, palabras como chile, lluvia o charco, las vas a poder seguir utilizando gracias a las bastas combinaciones del idioma español.