Existen personas que suelen cambiar de ánimo con la llegada del frío y las temperaturas bajas. Incluso, algunas de ellas sienten menos “energía” para hacer las actividades diarias. Es por eso que algunas personas se preguntan si el frío puede afectar el estado anímico.
Sin embargo, a estos síntomas, los expertos de salud mental le llaman trastorno afectivo estacional (SAD). De acuerdo a MayoClinic, el trastorno afectivo estacional comienza y finaliza aproximadamente en la misma época cada año.
¿Cuáles son los síntomas de trastorno afectivo estacional en invierno?
En muchos casos, los síntomas de transtorno afectivo estacional se dan a fines de otoño o a inicios del invierno. A su vez, desaparecen los días de primavera y verano, más soleados. Algunos de los síntomas que se pueden sentir en la estación afectiva estacional son:
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- Estar apático, triste o decaído gran parte del día, casi todos los días.
- No tener el interés en actividades que solías disfrutar.
- Tener poca energía y sentirse aletargado
- Dormir demasiado
- Sentir antojos por consumir carbohidratos, comer en exceso y subir de peso.
- Tener dificultad para concentrarse
- Sentirse desesperanzado, inútil o tener sentimientos de culpa
- Comenzar a sentir que ya no quieres vivir.
En caso de que el trastorno estacional se de en otoño, se pueden sentir los siguientes síntomas:
- Exceso de sueño
- Modificación de apetito, especialmente un antojo por consumir alimentos ricos en hidratos de carbono.
- Aumento de peso
- Cansancio o falta de energía.
De acuerdo a los especialistas, las personas en invierno suelen estar más en la casa cuando hace frío y está oscuro. Esto puede generar el aumento del aislamiento y bajar la oportunidad de realizar actividades agradables con los demás, lo que aumenta aún más a la tristeza y depresión.
En ese sentido, especifican que ese estado anímico puede ser pasajero cuando no tiene “motivaciones para hacer cosas”. “Cuando hace frío, una persona en estado de tristeza temporal suele afrontar situaciones desde el pesimismo o la baja motivación. En cambio, cuando hace calor, necesita resultados rápidos, no quiere esperar”, indican los expertos.
En tanto el sitio especializado en salud mental Cipsia Psicólogos indicó: “La disminución de la luz solar que recibimos puede producirnos una sensación de desánimo, ya que la luz solar ayuda a la correcta absorción de nutrientes, estimula la secreción de neurotransmisores necesarios para nuestro cuerpo y aumenta la producción de vitamina D, entre otros efectos”.