Estamos a pocos días de celebrar una de las festividades más importantes y representativas que hay en nuestro país: Día de Muertos. Por ello, aquí te contamos cuál es la diferencia entre altar y ofrenda.
El Día de Muertos es una festividad llena de simbolismo y significado, esto se debe a que esta tradición mexicana remonta sus orígenes a la época prehispánica.
¿El altar es diferente a la ofrenda?
La diferencia entre altar y ofrenda es fundamental para entender las tradiciones del Día de Muertos. El altar es la estructura donde se colocan los elementos de la ofrenda, que es el conjunto de objetos y alimentos dedicados a honrar a los seres queridos fallecidos. Por ponerlo en otras palabras, el altar es el lugar y la ofrenda es el acto de entregar esos objetos como homenaje.
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De acuerdo con el Gobierno de México, el altar puede tener varios niveles que representan los distintos planos espirituales y cada elemento de la ofrenda juega un papel crucial en honrar a los difuntos.
El agua, por ejemplo, es ofrecida para calmar la sed de las almas tras su largo viaje, mientras que la sal se utiliza para purificar y conservar el cuerpo en su tránsito entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
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Las velas y veladoras representan la esperanza y guían a las ánimas de regreso a sus hogares. Las flores de cempasúchil marcan el camino que los espíritus deben seguir, llenando el ambiente de aromas que simbolizan la alegría y la festividad.
Uno de los elementos más importantes es el pan de muerto, que simboliza la fraternidad y es una ofrenda directa a los seres queridos. También se incluyen alimentos favoritos de los difuntos, como mole, frutas, y chocolate, para que puedan disfrutar de los sabores terrenales una vez más.
Por otro lado, el incienso o copal purifica el espacio y aleja los malos espíritus, permitiendo que las almas entren sin peligro. Es así como la ofrenda se convierte en un puente entre los vivos y los muertos, donde lo tangible y lo intangible se entrelazan en un ritual de memoria, devoción y amor.
Ahora ya sabes que aunque el altar y la ofrenda se relacionan entre sí, son términos distintos.